Juan Carlos Robles estrena casi al mismo tiempo estos días taller creativo y exposición. Del Pasaje Mallol a la calle San Blas, este sevillano criado en Cataluña, formado en Berlín y que ahora imparte clases en la Universidad de Málaga se siente muy cómodo "en esta zona en torno a San Luis de los Franceses, un barrio muy dinámico que cada vez cuenta con más jóvenes y artistas". El miércoles, Robles inaugurará en Madrid su quinta exposición individual con la galería Oliva Arauna, titulada Autonegación y que consta de 17 piezas que recogen, desde diferentes soportes como la escultura, el vídeo y la fotografía, sus intuiciones y reflexiones de los últimos dos años. Entre ellas, explica, "la necesidad de achicar el objeto artístico para estar más cerca del otro". Son trabajos que ultimaba ayer en su nuevo estudio sevillano, como la escultura Cabeza caníbal, en la que reconstruye su propio cráneo, o el vídeo La vigilia del gallo, sus sueños y otros tesoros, una filmación en torno al cuerpo y la sexualidad donde fusiona sus recuerdos con fotogramas de películas como El pequeño salvaje de Truffaut.

Una de las series más potentes de Autonegación es Relatos instantáneos, que agrupa negativos fotográficos ampliados en papel mediante los cuales Robles juega con las paradojas y trata de confrontar al espectador con su propia memoria histórica. "Invito al público a leer de modo cómplice vistas arquitectónicas de diferentes ciudades, como Roma o Sevilla. Por ejemplo, una de ellas muestra un local del Partido Comunista veneciano, que luce un motivo religioso en su fachada. A primera vista, no sabes si se trata de una sede política o religiosa", explica el artista a propósito de unas piezas que "más que contar historias, yuxtaponen imágenes para que el visitante construya su propio relato". Otras obras de este conjunto descubren iglesias tapiadas y mataderos ocupados por activistas alternativos, motivos que le sirven para concluir que "las imágenes más poderosas son las que se niegan a sí mismas".

Juan Carlos Robles ha dedicado su nueva exposición a la memoria del crítico de arte y comisario Francisco del Río, "por su grandeza humana e intelectual y por su afán de abrir ventanas al arte contemporáneo desde Sevilla", concluye.