'La confluencia', una fiesta para los amantes del baile

Se unieron hace ya más de 20 años formando un tándem que hasta ahora nadie ha podido igualar. Se trata del bailaor onubense Rafael Estévez y el bailarín cordobés Valeriano Paños, el que fuera el benjamín del elenco de la primera Compañía Andaluza de Danza (hoy Ballet Flamenco de Andalucía) dirigida a la sazón por Mario Maya.

Estévez es un investigador nato mientras que a Valeriano, sin tener por ello menos conocimientos, es un bailarín que disfruta sobre todo bailando incansablemente y coreografiando para los demás.

Sus espectáculos (Sonatas, Flamenco XXI: ópera, café y puro, La Consagración (Giraldillo a la Mejor Coreografía en la XVII Bienal), Romances, Bailables, El sombrero, etc.) han marcado tendencia y han constituido -como, por otra parte, siempre han pretendido- un verdadero trampolín para muchos artistas que hoy son primeras figuras del flamenco.

Y otro tanto puede decirse de sus trabajos en el campo de la dirección artística ya que, antes de cumplir los treinta años, Estévez había dirigido ya espectáculos tan originales como el de Khalo Caló (2007), que reunía en su elenco nombres tan relevantes hoy como Amador Rojas, El Choro, Ana Morales, Eduardo Guerrero, María Moreno o Christian Lozano.

Más tarde llegaría, entre otras cosas, su trabajo en cine y teatro con Carlos Saura, la dirección del Ballet Flamenco de Andalucía (de 2016 a 2018) y, en 2019, un merecido Premio Nacional de Danza en la modalidad de creación.

La confluencia, el espectáculo que podrá verse mañana viernes en la Bienal, es su último trabajo, estrenado el pasado año en el ciclo ‘Canal baila’ de los madrileños teatros del Canal con el apoyo, entre otros, del Instituto Andaluz del Flamenco.

Antes de llegar a Sevilla, La confluencia ha pasado por Festivales como el de Jerez, Madrid en Danza o ‘Flamenco on fire’ de Pamplona y, a decir de la crítica y del numeroso público que lo ha podido ya disfrutar, es una auténtica fiesta para los amantes del baile, además de una lección magistral sobre los distintos bailes que conforman el riquísimo acervo de la danza española.

Así, contando únicamente con la especialísima voz de Rafael Jimenez Falo, la guitarra y la música original de Claudio Villanueva y la percusión de Iván Mellén, cinco bailarines (Estévez, Paños, Jesús Perona, Alberto Sellés y Jorge Morera) virtuosos y versátiles, bailando sin parar gozosamente hasta la extenuación, llevan al público en volandas en un viaje sin jerarquías ni prejuicios entre la zarabanda y los pregones, la Soleá de Frijones, el Aurresku vasco o el Tiento asturiano del Paxaru Pintu.

Una auténtica enciclopedia repleta de ritmos que los aficionados no se pueden perder previo paso, si quieren ampliar conocimientos, por el programa exquisitamente detallado que aparece en la página web de la Bienal (labienal.com).

A este respecto, sin embargo, el propio Estévez aclaraba a este periódico que “La confluencia es sencillamente una lectura nuestra sobre la raíz de los códigos del flamenco, no sobre los códigos mismos o sobre el flamenco en sí. No pretendemos dar una visión nueva ni aportar nada nuevo en ese sentido. Solo nuestra visión de esos orígenes, de esos creadores, anónimos en su mayoría, que confluyen en un determinado momento y aportan cada uno su granito de arena para que nazca lo que en el último tercio del siglo XIX se llamó flamenco”.

Con varios espectáculos en su repertorio, Estévez y Paños están ya trabajando en su próxima obra que, como cabía esperar después de esta reunión de varones, estará interpretada únicamente por féminas y, por primera vez desde que crearon su compañía, ninguno de los dos estará en el escenario.

El espectáculo, que se llamará Flamencas 391 en honor a la revista de Picabia, tiene previsto su estreno a finales de este mismo año y en él podremos admirar el trabajo de media docena de bailaoras de distintas edades y experiencias (Rosana Romero, Raquel Lamadrid, Concha Jareño, Nadia González Tingherian y Macarena López) con la voz de Sandra Carrasco y la música compuesta por Luis gustavo Prado.

Por el momento, no hay que perderse La confluencia, mañana viernes a las 22:00 en el Teatro Central.