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'Todos eran mis hijos' trae al Lope la reflexión moral de Arthur Miller

El montaje dirigido por Claudio Tolcachir y protagonizado por Carlos Hipólito, Fran Perea y Manuela Velasco recupera una obra del neoyorquino que no se representaba en España desde finales de los 80l 'Todos eran mis hijos', de A. Miller. Teatro Lope de Vega. Hoy y mañana a las 21:00. El viernes a las 19:00 h y 21:30. Entradas desde los 4 hasta los 21 euros.

Fran Perea, Manuela Velasco y Carlos Hipólito presentaron ayer la obra en el Lope de Vega.
Braulio Ortiz / Sevilla

13 de abril 2011 - 05:00

Por una de esas arbitrariedades que tiene a veces el destino, el texto de Todos eran mis hijos, de Arthur Miller, se haquedado al margen de ese repertorio de clásicos contemporáneos que las compañías españolas rescatan ocasionalmente. La fascinación que ejercen otras creaciones del dramaturgo neoyorquino -Muerte de un viajante o Panorama desde el puente- ha perjudicado la percepción de esta obra, que a pesar de su calidad no se representaba en España desde 1988 y de la que no consta -según decían ayer en la rueda de prensa- ninguna función en Sevilla. El Lope recupera desde hoy hasta el viernes esta pieza con producción del Teatro Español y dirección del aclamado Claudio Tolcachir, y un reparto encabezado por Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea y Manuela Velasco.

Estrenada en Broadway en 1947, apenas dos años antes de la consagración que supondría para Miller Muerte de un viajante, Todos eran mis hijos se atrevía a reavivar los fantasmas de la II Guerra Mundial no para dirigir el foco hacia los héroes, sino para hablar de aquéllos que se lucraron con el conflicto. Joe Keller (al que da vida Carlos Hipólito) se ha enriquecido vendiendo piezas de aviones al Gobierno, pero parece, a los ojos de la sociedad, un hombre modélico. La muerte en la contienda de su hijo Larry, una pérdida que ha traumatizado particularmente a su mujer (interpretada por Gloria Muñoz), indica que ellos también han conocido la parte más estremecedora de la guerra. Pero la aparición de Ann (Manuela Velasco), que fue novia de Larry, emparejada ahora con el otro hijo, Chris (Fran Perea), servirá de detonante para destapar la podredumbre moral de los Keller.

"Nos llamamos Kate, o Joe, pero nos podríamos llamar Juan o Jacinta, porque esta obra podría pasar en cualquier lugar", observa Carlos Hipólito, que considera que el texto "tiene una vigencia enorme, porque habla no sólo del secreto de una familia, y todas las familias tienen secretos. Se pregunta por el individuo frente a la sociedad y la ética, se cuestiona hasta qué punto es lícito hacer algo mal porque los demás lo hagan, o trata las barbaridades que se pueden cometer por proteger a los tuyos". Pero más allá de la carga moral, de esa reflexión de "la mierda que queda tras la guerra", como apunta Perea, está la fuerza con la que el dramaturgo retrata las luces y las sombras del ser humano. Hipólito señala que "los personajes de Miller no son maniqueos, son muy humanos y contradictorios. El público puede situarse a favor de uno de los protagonistas en un momento y luego cambiar de idea. No es una obra de buenos y malos".

Un material que Tolcachir, alguien que "busca la verdad, y quiere quitarle al teatro su artificio", maneja al parecer con mano maestra. Fran Perea no ha visto defraudadas las expectativas que albergó cuando vio uno de los montajes más célebres de este autor y director argentino, La omisión de la familia Coleman. "Cuando salí de la obra me dije: ¡Yo quiero trabajar con este señor! Y luego descubrí que no era un señor, sino un joven de 35 años", asegura el malagueño, entusiasmado también por trabajar junto a Hipólito y Muñoz, "dos grandísimos actores por los que hay que ver este espectáculo".

Tolcachir ha recortado el drama hasta una duración en escena de hora y media pero, advierten los actores, con el corte "la obra no ha perdido altura literaria y la estructura se mantiene idéntica". Todos eran mis hijos siguecausando en el auditorio la misma honda impresión que provocaba en su estreno. Como dice Manuela Velasco, Miller habla de "la familia, la relación entre padres e hijos, el amor... Temas que al fin y al cabo nos tocan muchísimo".

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