Luis Manuel Carmona Rodríguez, 'in memoriam'

Lamentablemente, el pasado Viernes Santo falleció Luis Manuel Carmona Rodríguez, nacido en Sevilla en 1955. Luis Manuel era licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla, con especialización en Historia del Arte, y contaba con una larga trayectoria en el mundo del cine y la televisión.

En 1984, Luis Manuel fue uno de los socios fundadores de la productora Caligari Films, en la que trabajó como director artístico en largometrajes como Madre in Japan (1984) de Francisco Perales y Las dos orillas (1986) de Juan Sebastián Bollaín. En 1987, escribió y dirigió Luquita, un cortometraje que ganó numerosos premios internacionales. Para Canal Sur Televisión, Luis Manuel dirigió series documentales como Conventos andaluces y Retratos, destacando el capítulo dedicado a Aníbal González, que fue igualmente multipremiado.

Luis Manuel siguió con una destacada carrera en el cine, igualmente como director artístico, en largometrajes como Eres mi héroe (2003) y El corazón de la tierra (2007) para la productora Manufacturas Audiovisuales. También colaboró con la realizadora Pilar Távora en sus series documentales Teatro en Andalucía (2007) y Brujas (2008), y en su largometraje Madre amadísima (2009).

Abre una nueva etapa como socio de la productora Saint Denis, participando en todos sus proyectos estrenados: los largometrajes de ficción Segunda Oportunidad (2017) y La caída de Alejandra (2022) de Álvaro de Armiñán, y los documentales La ciudad de la ópera (2018) de Alberto Alpresa y Juan Ruesga: arquitecto, escenógrafo y viceversa (2019) que dirigió él mismo; todos ellos para Canal Sur.

Quedan inéditos sus guiones más ambiciosos: Desierto sobre la vida de San Juan de la Cruz; Aurora, un relato conmovedor sobre una mujer con discapacidad mental; y Manuel García, sobre la legendaria vida del tenor sevillano, basado en el libro de Andrés Moreno Mengíbar.

Si hubo algo negativo en su vida, fue el engaño que sufrió del estafador Manuel Tobaja, que le hizo perder la casa que heredó de sus padres y cuyo juicio, tras seis años de espera, está por celebrarse aún…

Luis Manuel Carmona fue un artista total, un hombre del renacimiento, un trabajador incansable, un talentoso y dedicado profesional del cine y la televisión, un consumado cineasta, cuyo legado quedará por siempre en la memoria de quienes tuvimos el privilegio de trabajar con él y de disfrutar de su trabajo, de su compañía y de su agudo sentido del humor.

Su pareja, su familia y sus amigos no lo olvidaremos. Nunca le hizo daño a nadie.