"Madrid te puede dar las llaves del toreo, pero Sevilla te da el caché"

El diestro alicantino se retirará la próxima campaña apoderado por los Choperitas, desmarcándose de las corridas duras y sumando unos 40 festejos

Luis Francisco Esplá reflexiona sobre su despedida del toreo.
Luis Nieto

08 de diciembre 2008 - 05:00

Luis Francisco Esplá (Alicante, 1958, y alternativa en 1976) afrontará en 2009 su última temporada como matador de toros, siendo apoderado por José Antonio Uranga Choperita. En sus últimas dos actuaciones en la plaza de Las Ventas, el público le increpó. Lo que ha sido uno de los idilios más imporantes entre un torero y una plaza, el de Esplá y Las Ventas, se vio ensombrecido y el diestro afirmó que no volvería a torear en la Monumental. El espada desvela que el motivo principal de su marcha es otro y deja la puerta abierta para torear en el coso venteño. Entre sus objetivos se encuentra retornar a la Maestranza después de más de una década sin pisar el ruedo sevillano.

-Luis Francisco, ¿cuál es el auténtico detonante para su marcha de los ruedos?

-Mi retirada podría haber sido incluso antes. Pero me he mantenido en activo tras la incorporación de mi hijo -Alejandro, novillero- para darle la alternativa.

-¿Qué cualidades destacaría de su hijo como torero?

-La singularidad. No se parece a nadie. Entre otras cosas porque ha llegado tarde a la profesión. No lo ha vivido de pequeño. Y entre los 14 y 18 años estudió en Boston. Luego, lo más próximo al toreo es que en las vacaciones trabajaba como chófer mío. Así es que cuando me dijo que quería ser torero me entró la risa.

-¿En qué plaza y cuándo se la dará?

-Lo mejor sería en Alicante. Pero no hay fecha. Si no estuviera preparado para esa feria sería a finales de temporada.

-¿Hasta qué punto ha influido para ese adiós la actitud del público de Las Ventas?

-No ha sido decisivo. Cuando una relación se enturbia hay que zanjarla. Además, una historia no acaba por una o dos tardes.

-¿Esto quiere decir que rectifica y volverá a torear en Madrid?

-No sé si volveré. Para ello, mi adiós en Madrid tendría que estar rodeado de muchos ingredientes.

-¿De qué tipo?

-Ni siquiera me los he planteado. En realidad, me tendrían que convencer.

-¿Qué puede ganar y perder en el cambio de apoderamiento?

-José Antonio fue mi primer apoderado. Yo no soy ahora negocio, ni un torero con futuro. Así es que este apoderamiento es por el cariño y respeto que nos une a ambos.

-¿Cuál es el planteamiento?

-Salir de las corridas duras y entrar en carteles redondos. Quiero terminar mi carrera con dignidad, sin jugar al bacará. Espero sumar unas 40 corridas.

-¿Entre sus objetivos se encuentra el retorno a Sevilla?

-Se tratará. Ni recuerdo cuándo toreé en la Maestranza por última vez.

-¿Por qué dejo de hacerlo?

-Hará 14 ó 15 años que me ofrecieron ir a las corridas de Guardiola y de Miura y pensé que era el mismo plato que en otras plazas, con el mismo tipo de público. Decidí no aceptar y no volví a estar. En otra ocasión me ofrecieron torear junto a El Fandi y Ferrera, cuando yo también había rehusado ya torear en ese tipo de cartel de banderilleros.

-¿Y qué sensaciones guarda de esta plaza?

-El público me ha tratado bien. Sin ser torero de Sevilla, he cortado orejas y existe un feeling. Añoro Sevilla. Tengo una necesidad anímica de hacer el paseíllo en la Maestranza.

-¿Qué diferencias hay entre las plazas de Sevilla y Madrid?

-Madrid te puede dar las llaves del toreo, pero Sevilla te da el caché. Y las llaves sin glamour no son llaves.

-Me habla de un planteamiento totalmente distinto para 2009. Tras lidiar toros de ganaderías duras teme que se le haya olvidado torear toros de las otras divisas?

-Solamente creo en la distinción del toro bravo y del malo. Pero en las ganaderías que toreo el bueno sale de manera excepcional y en las otras con regularidad. Supongo que cuando toree ese tipo de toro dudaré que sea verdad.

-Ha dedicado toda su vida al toreo, ¿qué le ha dado a cambio?

-Prestigio, dignidad y solvencia económica. En cuanto a lo ingrato, la dureza. Pero los humanos somos capaces de olvidar pronto lo malo.

-¿Y ha alcanzado en el toreo todo lo que quería?

-Nunca me marqué metas. Yo he ordenado el toreo en torno a mi vida y no mi vida en torno al toreo. He sido un hedonista.

-En estos tiempos en los que se ataca, ¿qué destacaría del toreo un artista como usted, que es pintor y se expresa con otras materias?

-El toreo es un ejemplo de vida. En la plaza se dan todos los valores que se van perdiendo en esta sociedad, como verdad, pureza, honradez. Es un espectáculo real en el que se puede contemplar la vida y la muerte, que esta sociedad esconde hasta el punto de ver a los muertos tras un cristal y maquillados.

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