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Cultura

La sala Malandar reabre, pero sin permiso para organizar conciertos

  • La oposición promete su apoyo a la música en directo, pero el Ayuntamiento "no mueve ficha" y el propietario del espacio augura el cierre definitivo si no se modifica la normativa.

La sala Malandar, precintada la noche del pasado viernes tras una denuncia por incumplimiento de la normativa acústica municipal, reabrió anoche, pero la incógnita sobre su futuro y su viabilidad como espacio para la música en directo están lejos de resolverse. La licencia que en su momento concedió el Ayuntamiento al local autoriza a los dueños del mismo a organizar conciertos, pero esa licencia limita a 92 los decibelios permitidos durante las actuaciones. Sólo un golpe de batería alcanza casi 100, por lo que en la práctica, lamentó ayer Julio Moreno, el propietario de Malandar, las propias condiciones de la licencia hacen imposible la realización de conciertos.

Moreno habló el pasado sábado con la delegada de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella, quien se mostró "muy sorprendida" por el cierre, del que según dijo ni siquiera estaba al tanto. Más allá de esto, y de la "preocupación" y la "disposición" a encontrar una solución que le expresó la representante municipal, el Ayuntamiento "no ha movido ficha", dijo el dueño de la sala. Sí lo ha hecho la oposición. La mañana de ayer, músicos de la ciudad se congregaron ante el Ayuntamiento para tocar en directo y apoyar a la sala en estos momentos "traumáticos", como los definió Moreno. El portavoz socialista, Juan Espadas, aprovechó la ocasión para reivindicar a Malandar como "un referente" musical tanto en Sevilla como fuera de ella (hace pocos meses fue distinguida por la Unión Independiente Fonográfica como el mejor espacio para conciertos del panorama nacional).

Espadas reclamó al alcalde, Juan Ignacio Zoido, que encuentre una "solución técnica y administrativa" al problema de "compatibilidad legal" que ha desembocado en el cierre de Malandar y su actual reapertura sólo como discoteca. También se acercó a respaldar a Moreno el portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos. Según el empresario, ambos le prometieron "apoyar al cien por cien la música en directo".

Más allá de las declaraciones de intenciones y de los gestos de buena voluntad, el asunto depende exclusivamente del Ayuntamiento. Las dos partes negocian "permisos ocasionales" para actuaciones concretas, una manera, para la sala, de intentar salvar los muebles mientras "se arregla el tema de la licencia", declaró Moreno, que deseó que "se pueda adecuar la licencia al local", ya que éste cuenta ya con unos sensores de limitación de ruido que "insonorizan perfectamente" el espacio, salvando las excepciones de los conciertos debido al "contrasentido" que generan las condiciones de la licencia. El propietario insistió en recordar que los vecinos que formularon la denuncia que condujo al precinto de Malandar "ni siquiera viven en el edifico", aparte de que "no existe ninguna medición, ni oficial ni extraoficial, del nivel de ruido" en esa vivienda, ya que la familia nunca ha permitido el acceso a ella para realizarlas.

En cualquier caso, si el Ayuntamiento no modifica la normativa en esta materia, Malandar "cerrará". "Funcionar como discoteca me parece bien, pero mi verdadera vocación es ofrecer conciertos", dijo Moreno, convencido de que el local no podría "sobrevivir" sin su programación de conciertos, actividad que, de desaparecer definitivamente de su oferta, sería -dijo- "una pérdida irreparable" para la música en directo en Sevilla.

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