DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Manuel y José de la Tomasa | Crítica

Abuelos, padres y tíos

José de la Tomasa "cantándole a la Alameda", anoche en el Salón Cajasol.

José de la Tomasa "cantándole a la Alameda", anoche en el Salón Cajasol. / Fundación Cajasol

Los dos intérpretes, abuelo y nieto, están en proceso de cambio. Como todos los seres humanos, dirán. En efecto. Manuel de la Tomasa madura cada segundo que permanece sobre las tablas. Exhibe esa pujanza, ese entusiasmo que lo convirtieron, de la noche a la mañana y con toda justicia, en un héroe de los festivales de verano. Pero se presenta más entero, con la voz más mesurada y con un control mayor de sus recursos. Y ampliando, cada dia, el repertorio. Estuvo imponente en soleares y seguiriyas. Y elocuente y directo en cantiñas y bulerías. José de la Tomasa está encontrándose, de nuevo, con el cante, a partir de la merma inexorable de las condiciones vocales, tan poderas en el pasado, que son la consecuencia natural del paso del tiempo, del que todos somos pasto. Esto no quiere decir nada, por supuesto. El cante no es deporte y estrellas jondas hubo y las habrá de 80 años. El cantaor sevillano tiene bastantes menos, aunque se le notó la falta de forma, confesó que llevaba 7 meses sin cantar, en algunos pasajes de su recital. Estamos ante un cantaor único, necesario, esencial.

Por tarantos resultó emotivo y en los cantes de bulería por soleá tuvo un recuerdo a la Alameda del pasado y a su tío abuelo, Manuel Torre. Derrochó humor y oficio en los fandangos. Pero fue, una vez más, en las seguiriyas donde levantó un monumento. Con los estilos patrimonio de su familia pero dándoles el sello de su personalidad arrolladora. En el trascurso de la velada se ofreció un merecido homenaje a nuestro llorado Manuel Herrera. Eso sí, darle el título de “el padre de la Bienal” como hizo la voz en off, abochornaría al propio Herrera por tratarse de un exceso evidente, motivado sin duda por la emoción que nos embarga a todos desde que hace tres días conocimos la noticia de su muerte. Fueron muchos los méritos del maestro. Entre ellos la creación de estos Jueves Flamencos que ahora, como todos los hijos, tienen que seguir sin el padre.

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