MARTA MATHÉU ENSEMBLE-INCANTO

De antiguos y modernos en el siglo XVIII

Martha Mathéu y su ensemble en San Luis.

Martha Mathéu y su ensemble en San Luis. / Federico Mantecón

En 1733 el cabildo catedral de Sevilla advirtió al maestro de capilla Pedro Rabassa que en adelante no consignase en sus composiciones las palabras “aria”, “recitado” o “minuete” por sonar a profanidad de estos tiempos. Es una pequeña muestra de las tensiones que se produjeron en la música religiosa española del primer tercio del siglo XVIII ante la irrupción del lenguaje italianizante, procedente de la ópera, en las composiciones para la liturgia.

Esa polémica entre tradicionalistas y modernos, alentada por, entre otros, el padre Feijóo, es la que sirve de hilo conductor del interesante programa hilvanado por el Marta Mathéu Ensemble, tomando como protagonistas, ya a mediados del siglo XVIII, a tres compositores catalanes: José Durán (el moderno) por un lado y Jaime Casellas y Juan Rosell (los tradicionalistas) por otro. Lo curioso es que tras la escucha de obras de unos y otros no se aprecia la diversidad de enfoques estéticos que volcaron en sus escritos, pues todos beben por igual del estilo galante del momento.

La voz clara y timbrada de Mathéu tuvo que fajarse con la acústica del templo para hacerse inteligible, a lo que se añadía la tendencia a cerrar el sonido y no dejarlo expandirse con naturalidad. Los graves débiles se compensaron con agudos bien proyectados, especialmente en los pasajes más virtuosísticos de las vocalizaciones de las lamentaciones y en el motete de Terradellas. Con un espléndido continuo, a los violines les costó encontra el empaste. Bello sonido y bien articulado el del oboe.

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