delicadas | Crítica de teatro

Memoria sentimental y homenaje

El elenco al completo de 'Delicadas'

El elenco al completo de 'Delicadas' / David Ruano

La complicidad entre la compañía catalana T de Teatre y Alfredo Sanzol viene de 2010 cuando estrenaron esta pieza, Delicadas, que ahora retoman, para regocijo de un público que a tenor de lo que se respiró anoche está ávido de historias cargadas de humanidad.

Esta reseña tiene, inevitablemente un aire de déjà vu en tanto en cuanto no vamos a decir nada que no se dijera ya hace una docena de años.

La sabiduría de Sanzol al manejar las historias pequeñas lo convirtió en la gran esperanza blanca del teatro español y en la actualidad es uno de nuestros dramaturgos más consolidados, tres premios Max, el primero, precisamente por esta obra que escribió para la compañía T de Teatre que desde su primera producción destacó por su impecable calidad interpretativa y por los riesgos que abordaba.

Maravillosas interpretaciones y el arrullo de nuestras madres y abuelas

Delicadas, casi trece años desde su estreno, sigue siendo el abrazo de nuestras abuelas, tías y madres que sobrevivieron a una guerra (civil) y que tuvieron que tomar las riendas de unas familias, las nuestras, que quedaron destrozadas y tuvieron que seguir adelante porque, como se dice en la obra ‘esto es la vida’.

Pero Sanzol no habla de la guerra. Ésta se convierte en una acotación: se oye una bomba y uno de los personajes pregunta “¿qué ha sido eso?” y le contestan: “no sé, será la guerra”.

Anoche hubo magia en la sala. Los espectadores asistían a una historia costumbrista en la que todo fluía como un río caudaloso. El humor de Sanzol removía y reconfortaba los corazones. Desde el escenario nos hablaba nuestra abuela.

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