Arte

Perspectivas de la ciudad

  • Tres creadores muestran en Full Art su universo común, basado en la exploración del espacio público, la arquitectura (y el paisaje natural) y los modos de habitar

Reflexionar sobre la singularidad de la ciudad contemporánea. Ésa es la intención de esta exposición para la que la galería Full Art ha reunido los trabajos de tres artistas que tienen como característica en común realizar sus proyectos atendiendo a lo que sucede en relación al espacio público, la arquitectura y los modos de habitar.

Están incluidas en la muestra dos fotografías de gran formato de la serie Paisajes mínimos, de Jorge Yeregui (Santander, 1976), con la que consigue sorprendernos ante el entorno más próximo gracias a una inteligente mirada. Con este trabajo Yeregui investiga las relaciones entre la arquitectura y el paisaje; que a su vez implica en un plano más profundo el análisis de la relación del hombre y la naturaleza. Su estudio pone en cuestión la manera artificial pero imprescindible en que hoy se integra a la naturaleza en los distintos espacios urbanizados. Ya sea por necesidades ecológicas o simplemente porque la capacitación técnica lo permite, sus fotografías evidencian y documentan la proliferación de pequeños ecosistemas estancos integrados en los edificios y espacios urbanizados.

Non-City, de Julie Rivera (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1975), hace visibles las terribles consecuencias de la cultura del miedo en la que estamos inmersos. Su trabajo multidisciplinar, basado en su experiencia personal durante su estancia en la ciudad de Caracas, se centra en los dos elementos clave que polarizan el espacio público de cualquier gran metrópolis del siglo XXI: el coche y el centro comercial. Con gran sutileza, sus fotografías, su vídeo y su enigmática maqueta nos colocan detrás de ese cristal (tanto del coche como de la cámara) que al mismo tiempo protege y permeabiliza del contacto y las posibles amenazas del exterior. Su crítica es, al igual que la de sus compañeros, muy marcada pero silenciosa, dejando que sean las propias imágenes y nuestra reflexión las que elaboren un discurso.

Siguiendo una línea de trabajo participativo, Francisco Almengló (nacido en 1965, y también jerezano) nos ofrece la documentación de algunas de las acciones que ha llevado a cabo en Sevilla. Destaca su pieza Recipiente de memoria, en la que nos encontramos con un objeto cilíndrico montado sobre una especie de estructura de raíles sobre la que podemos hacerlo girar. El objeto formó parte de una acción anterior, en la que pasaba de manos de una persona a otra; aquí lo encontramos expuesto conteniendo en su cuerpo las fotografías de aquella acción. Casi como sacado de un cuento de Borges, al girar el cilindro en este invento, las imágenes giran de manera caleidoscópica. Una interesante reflexión en torno a la memoria y la representación visual, siendo este objeto reflejo o metáfora de la ciudad, entendida como recipiente en el que los individuos van dejando sus huellas a las siguientes generaciones.

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