lectura fácil | Crítica de teatro

Propuesta de riesgo controlado

Un momento de la puesta en escena de 'Lectura fácil'

Un momento de la puesta en escena de 'Lectura fácil' / Luz Soria

La funesta manía de llevar novelas al teatro. No hay duda de que Lectura fácil de la granadina Cristina Morales es un revulsivo contra  una sociedad bienpensante con un sistema neoliberal basado en el heteropatriarcado que justifica sus actuaciones para perpetuar el status quo capitalista.

Las cuatro protagonistas, con distintos grados de discapacidad mental, viven en una casa tutelada por el estado. Alberto San Juan, en su dramaturgia,  las traslada de Barcelona a Madrid, un lugar más acorde ‘ideológicamente’ para llevar a cabo su crítica política.

El fantástico elenco: Desirée Cascales, Carlota Gaviño, Pilar Gómez, Anna Marchessi, Marcos Mayo, Estefanía de los Santos y Pablo Sánchez se convierten en lo más interesante de esta propuesta pero la obra que dirige San Juan pierde mucho de la carga que contiene la novela y nos encontramos con unos personajes (que salvo la defensa que de ellos hacen sus intérpretes) se quedan en tipos que más allá de profundizar en su situación adoptan una vis cómica que  descentra la atención.

Por otra parte, su larga duración, dos horas, nos lleva a situaciones repetidas que cansan y producen hastío. El pretendido final infeliz descoloca la carga de profundidad. Queda en el aire la libertad sexual de las mujeres. El siempre agradecido público del Central aplaudió puesto en pie.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios