Rafael Amargo debuta en Sevilla con un solo de baile

En la recta final de la programación de espectáculos de la temporada en el Lope de Vega de Sevilla, Rafael Amargo se erige como una de las citas más destacadas del calendario. El bailaor presentará esta noche el montaje Solo y Amargo, una propuesta en la que, por primera vez en su carrera, el granadino estará bailando solo en el escenario, "sin artilugios ni artificios", confiesa. Además, la de esta noche será también la primera actuación del artista en la capital andaluza, una plaza que se le había resistido a pesar (o, justamente por esta razón) de tener Sevilla una programación estable de flamenco en varios teatros (Lope, Central, sala Joaquín Turina, etcétera) de ser Amargo uno de los coreógrafos má mediáticos del panorama actual del baile.

En este espectáculo, Amargo se desnuda de adornos para dar rienda suelta "a su talento desbordante, mucho más allá del flamenco", explica la nota promocional del montaje. Con motivo de su estreno en Barcelona el pasado 28 de abril, el bailaor explicó en declaraciones a Europa Press que el montaje, con el que está recorriendo varias ciudades, surge de una "necesidad" de ponerse a prueba, de poder estar solo frente a frente, sin el apoyo de un cuerpo de baile y que por ello es un montaje "muy valiente" y en cierta medida una reflexión bailada acerca de la soledad.

Con dirección musical de Juan Parrilla y puesta en escena a cargo de Montse Tixé, los músicos que acompañarán a Amargo en esta ocasión son Batio (cello); Antoñito Maya (percusión); Maite Maya (cantaora); Pedro Obregón y Saúl Quirós (cantaores); Mario Montoya (guitarra) Juan Pedro Cornejo y Jesús Pérez de la Cruz Cuco (piano y acordeón) y Juan Parrilla (flauta).

Con el estilo ecléctico que le caracteriza, el bailaor asegura haberse inspirado en el más puro flamenco de sus maestros, pero a la vez en otro tipo de tendencias coreográficas que ha asimilado a lo largo de su carrera, que arrancó como creador en 1997 con el montaje La garra y el ángel. Entre las principales influencias en su concepción del baile destaca, sobre todo, la de las enseñanzas en la escuela de Martha Graham durante su estancia en Nueva York.