Conocida por formar parte de una familia de creadores, sus padres son Maite Lozano y Jorge Cuadrelli, que nos dejó hace dos años, la hija de ambos, Rocío, acomete en esta su primera incursión en la escritura y la interpretación un delicioso regalo teatral que tiene que como eje el duelo por aquello que perdemos, ya sean seres queridos, la evocación a su padre es constante, a seres que no nacieron, tiernísimo este momento, o simplemente el recuerdo de nuestra infancia, de los lugares que nos hicieron felices.

Vestida por La perra Negra Creaciones, con un elegante mono blanco que simboliza las hojas de los cuadernos en los que escribe, también los escribió su padre, y acompañada en la escena por Martín Espada, erudito guitarrista, que ha creado una hermosa banda sonora para este viaje hacía la luz evocando lo que perdió.

La acompañan los vídeos de La Zorra audiovisual que dan el tono poético a este canto a la vida en el que Rocío Cuadrelli arriesga mucho y sale victoriosa. Dividido en dos partes, la primera llena de lírica, evocadora de lo que pasó y de una segunda en la que, con micrófono en mano, la Cuadrelli se transforma para ofrecernos una conferencia-charla llena de humor sobre cómo enfrentarnos al duelo y superarlo.

Es poesía, es ternura,  es amor a su familia y al propio teatro que sus padres representan.