FINLANDIA | Crítica de teatro

Separarse en el frío

Israel Elejalde e Irene Escolar en una escena de ‘Finlandia’.

Israel Elejalde e Irene Escolar en una escena de ‘Finlandia’. / Vanessa Rabade

Aunque siempre fiel a su estilo Pascal Rambert da un pasito, tímido, pero suficiente en Finlandia hacia un teatro más accesible. Abandona sus monólogos literarios para acercarse a una obra de teatro más convencional en el que casi parece que sus personajes dialogan entre ellos.

Una pareja, hombre y mujer, se encuentran en una habitación de hotel sin personalidad para enfrentarse en esa encarnizada lucha teórica que tanto gusta a Rambert para, una vez más, analizar la ruptura de un matrimonio, el final de un amor y la oscuridad que eso conlleva.

Rambert vuelve al metateatro, los protagonistas son actores, ella (Irene Escolar) con una prometedora carrera cinematográfica y él (Israel Elejalde) dedicado al teatro y, por tanto, con menos proyección tanto mediática como económica.

Al contrario que en sus anteriores propuestas, La clausura del amor, Hermanas y Ensayo, los intérpretes de Finlandia llegan a tocarse e incluso hay atisbos de cierta violencia física entre ellos. Hasta aquí, lo novedoso de esta propuesta que, enseguida, vuelve a la filosofía de Rambert: elaborar un ensayo sobre la destrucción de la pareja y, en este caso, la lucha por la custodia de la hija que tienen en común.

Se sirve de sus actores fetiches, dos monstruos de la interpretación como son Escolar y Elejalde que ponen al servicio de un texto duro, literario, exagerado y teórico, sus cuerpos y sus increíbles dotes interpretativas. Hay momentos en el que asistimos más que a una actuación dramática a una exhibición de técnica vocal en la que las palabras salen de la boca de Escolar como si hablara a la velocidad de 1.5 de los whatsapp.

Rambert se mueve en su terreno, llena el texto de feminismo, de celos, de empoderamiento de la mujer, mantiene al hombre como el ser que sigue perdiendo terreno pero, al final, no puede evitarlo y vuelve a querer dominar al espectador planteando un final  que acaba desmontando todo lo expresado durante lo que llevábamos de función.

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