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Temporada 2020-21 | Análisis

Renovación en tiempos de incertidumbre

  • El Teatro de la Maestranza presenta una temporada centrada en la lírica y la danza

El Maestranza ofrecerá en diciembre una ópera de Raquel García-Tomás estrenada en 2019.

El Maestranza ofrecerá en diciembre una ópera de Raquel García-Tomás estrenada en 2019. / Estrella Melero

Hasta trece espectáculos ha incluido el Teatro de la Maestranza en su apartado de Lírica para la atípica temporada que arrancará en noviembre. De lo avanzado en enero, se cae uno de los proyectos más ilusionantes, la Jenufa de Janáček, aunque Javier Menéndez prometió recuperarlo en años venideros. Bien está. Del resto, la apuesta más fuerte se hace en la inauguración, un Così fan tutte de producción propia con Rafael R. Villalobos como regista (al fin veremos al dramaturgo sevillano con recursos mínimamente razonables para presentar con libertad su trabajo), y la clausura, la tan ansiada Carmen, en coproducción con la Ópera de Roma y la mano experimentada de Emilio Sagi detrás. 

Menéndez presentó la temporada bajo el señuelo del feminismo, aunque es de esperar que ni la estonia Anu Tali, la directora musical de la ópera de Bizet, ni Sarah Ioannides, que se pondrá al frente de la OJA en su ya tradicional concierto de Pascua, dos directoras relativamente poco conocidas, hayan sido escogidas para su exigente desempeño en razón de su sexo, sino por su talento. Hay por supuesto muchas más mujeres en la programación (¡como todos los años!). En el lugar de la Jenufa se ofrecerá Je suis narcissiste, una ópera original de la joven catalana Raquel García Tomás (Barcelona, 1984) que se estrenó en marzo de 2019 en el Teatro Español de Madrid. Mariola Cantarero, Ainhoa Arteta, Fabiola Nancy Herrera, Julia Doyle, Vivica Genaux, María Pagés, Argentina, NoaPastora Soler, Sole Giménez serán también protagonistas de la temporada.

Aparte los recitales líricos y la programación de un importante título verdiano que no se veía desde la Expo (Baile de máscaras) y que incluye en su elenco al tenor mexicano Ramón Vargas, una de las pocas figuras mediáticas de la temporada, Menéndez ha programado un espectáculo que se estrenó en el Festival de Peralada en 2016 en torno a los madrigales de Monteverdi. Como en el ciclo de Innova Ópera César Camarero estrenará Es lo contrario, obra con libreto propio, puede admitirse que el Maestranza trazará la más extensa mirada a la ópera de toda su historia, desde sus orígenes monteverdianos a la más pura actualidad, sin duda el principal signo de renovación con respecto a los años finales del mandato de Halffter, demasiado constreñido al más popular repertorio decimonónico.

Aunque Le Cinesi sea posiblemente la más floja de las óperas de salón de Manuel García, su presencia marca una continuidad con la presentación en el coliseo sevillano de la obra del excepcional músico nacido en el Arenal. Además, la muy estimulante producción de Alfredo Sanzol, original del Teatro de la Zarzuela, de El barberillo de Lavapiés se recuperará en marzo, una fecha mucho más razonable que el septiembre previamente anunciado.

A la espera de la propuesta de la ROSS (¿qué tiene pensado hacer la orquesta sevillana en este entorno diabólico?), el Maestranza aprovechó para presentar nuevo (y muy afortunado) logo y una atractiva imagen floral de la temporada, que bien puede significar ese reverdecer cultural que todos los aficionados desean fervientemente, aunque la incertidumbre lo domine aún todo, pues ni siquiera se sabe qué aforo podrá ofertarse a la vuelta del verano (¿cómo puede gestionarse así la venta de abonos?). Lo que sí se sabe es que a la música de cámara (incluidos los pianistas: sólo un recital programado, el de Sokolov, asiduo visitante del Paseo Colón) se le sigue otorgando un valor absolutamente marginal en el teatro. Que otros espacios cojan el guante, y aquí, paz.

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