Los más jóvenes –los post-millennials– conocen a Martina Stoessel por su papel protagonista en la serie de Disney Violetta. Los que somos un pelín más mayores hemos bailado con la intérprete –ya con el sobrenombre de Tini y con un desconocimiento absoluto de su pasado televisivo– hasta el amanecer. Se ha convertido en la reina indiscutible del pop argentino. Lo dicen sus ventas, sus posiciones en las listas de éxito, su público y su desparpajo sobre el escenario. Una amalgama generacional de 5.000 personas se congregó ayer en el Centro Hípico de Mairena del Aljarafe para disfrutar de una nueva jornada de Cabaret Festival. La artista aterrizó en Sevilla con su gira Tini Tour 2023 para presentar su último álbum Cupido.

La cantante Tini presentó 'Cupido', su último trabajo.

El público no podía esperar y trataron de apaciguar esta impaciencia grabando TikToks de última hora y haciéndose algunos selfies con el escenario de fondo en cuyas pantallas se podía ver un gran dormitorio rosa. Hasta que, por fin, apareció en escena la estrella internacional que, desde el comienzo, habló en el mismo código que sus seguidores y consiguió crear una atmósfera de complicidad instantánea. 

La introducción fue innegablemente movida con temas como 22, Las Jordans o La niña de la escuela, colaboración que en su versión original entona junto a otras dos titanes como son Lola Índigo y Belinda. Lo cierto es que ayer no le hicieron falta los duetos para deslumbrar. Suplió la falta de acompañantes con una energía digna de admirar, arropada además por un cuerpo de baile incansable. El público supo responder dominando con maestría esa combinación tan complicada que es perrear, cantar y grabar al mismo tiempo.

Pero no solo hubo derroche de adrenalina, la intérprete también guardó ciertos momentos para las baladas. Esas que se entonan al desamor y que cuando se vive la etapa de la tierna adolescencia se sienten aún más si cabe. El último beso comenzó a sonar con una puesta en escena teatral y ocho bailarines perfectamente sincronizados. También interpretó Maldita foto, que canta con Manuel Turizo. Las letras de este tema aparecieron en pantalla y crearon un efecto karaoke entre los asistentes que no se la sabían. 

Baladas que combinó con una versión del mítico tema de Daddy Yankee y Nicky Jam, Donde están las gatas. El objetivo de la argentina fue recordar a los presentes que estaban en una fiesta. Y no hay buena fiesta sin recordar a una ex pareja y sin brindar por las nuevas oportunidades. 

La cante argentina rubricó su selló argentino en el Cabaret Festival.

"¿Cómo se lo están pasando?", preguntó la artista sentada al borde del escenario y agradeció "las largas colas bajo el sol". En Oye bajó del escenario para abrazar, besar y hacerse fotos con los fans de la primera fila. Un gesto que agradecieron con lágrimas, palabras de cariño y algún que otro regalo.También se atrevió a interpretar una versión de Corazón partío de Alejandro Sanz, como homenaje al maestro gaditano con el que comparte la canción Un beso en Madrid.

El público de las primeras filas del concierto.

Pero no tardó en cambiar de registro para acabar la fiesta del mismo modo que la empezó, por todo lo alto. Se había dejado en el tintero sus últimos grandes éxitos y guardó la artillería pesada para el final. Con cambio de vestuario incluido desató la locura en una última parte donde el frenesí fue la nota predominante. Lanzó High aderezada con una versión de Rakatá, de Wisin y Yandel, y con otra de La noche de anoche, de Bad Bunny y Rosalía.

Si este remix no fue suficiente, para un público insaciable, le llegó el turno a su último gran éxito, Cupido. Seguido de Fantasi, de Triple T –con el icónico Tini, Tini, Tini– y Muñecas. El colofón llegó con Bar y Miénteme. Toda una fiesta, con sello argentino, para celebrar la libertad, la diversión y, por supuesto, la juventud sin edades.