Alexandre Desplat: de París a Hollywood

Escuchar el cine

Warner Classics edita un nuevo disco con suites orquestales de las más conocidas músicas de cine del compositor francés. Hermann y Morricone siguen engrosando su catálogo de ediciones discográficas remasterizadas.

El compositor francés Alexandre Desplat.
El compositor francés Alexandre Desplat.

Sólo en lo que va de año, el compositor francés Alexandre Desplat (París, 1961) ha firmado las bandas sonoras de la última entrega de Jurassic Park (El renacer), el thriller sueco de Tarik Saleh Eagles of the Republic o la música para el nuevo Frankenstein de Guillermo del Toro. Junto al director mexicano ganó su segundo Oscar por La forma del agua en 2018 tras once nominaciones. Tres años antes lo había hecho con su vibrante música para El Gran Hotel Budapest, de Wes Anderson, cineasta con el que ha establecido una de sus más sólidas, iconoclastas y singulares colaboraciones y para el que también este año ha firmado la banda sonora de La trama fenicia, todo un ejercicio de ritmo y texturas experimentales.

Hace unos días lo veíamos y escuchábamos junto a Alberto Iglesias en una instructiva charla sobre el oficio y sus procesos en el Festival de San Sebastián (pueden recuperarla online) y ahora llega a tiendas y plataformas un disco doble (Alexandre Desplat: Paris-Hollywood, Warner Classics) donde se recopilan algunas de las suites que, de unos años a esta parte, viene interpretando y dirigiendo con orquestas de todo el mundo, un repertorio que lo ha convertido en uno de los más conocidos, valorados, prestigiosos, versátiles y elegantes compositores de cine del momento.

Desplat prolonga en el siglo XXI una tradición de ida y vuelta entre Europa y Hollywood practicada antes por otros compatriotas como Georges Delerue, Maurice Jarre o Michel Legrand, alternando el trabajo en el cine de autor (en su caso iniciado de la mano de Jacques Audiard), las producciones de qualité para el mercado internacional (De La joven de la perla a Descifrando Enigma) o los grandes blockbusters franquiciados (Harry Potter, Crepúsculo), una transversalidad que se manifiesta en un lenguaje musical que sabe moverse entre la discreción minimalista, la elegancia impresionista afrancesada, la experimentación y ciertos clichés del cine de género, acción y espectáculo, y siempre con el denominador común de una escritura rica y precisa y unas brillantes orquestaciones marca de la casa.

Portada del disco 'Alexandre Desplat: Paris-Hollywood'.
Portada del disco 'Alexandre Desplat: Paris-Hollywood'.

A excepción de un par de piezas (el memorable vals romántico para Birth, de Jonathan Glazer, y el morriconiano tema para El escritor, de Polanski), París-Hollywood se centra especialmente en sus trabajos para el gran cine industrial norteamericano, agrupados en torno a autores (Malick: El árbol de la vida; Fincher: El curioso caso de Benjamin Button; Gerwig: Mujercitas; Anderson: Fantastic Mr. Fox, El Gran Hotel Budapest y La Crónica Francesa), temáticas (Suite Royale: con piezas extraídas de The Queen, El discurso del rey y The lost king; o la suite dedicada al cine de corte político con piezas de los filmes Argo, de Ben Affleck, y Syriana, de Stephen Gaghan) y géneros populares (Harry Potter y las reliquias de la muerte y Godzilla).

Interpretadas bajo su batuta por la Orchestre de Paris, las suites y temas de este doble álbum confirman los distintos registros y la capacidad mutante de un compositor prolífico y versátil que emula la artesanía y el oficio de los grandes maestros del Hollywood clásico al tiempo en que ha forjado una reconocible voz personal.

'The Night Digger': una armónica en el torbellino romántico

La de The Night Digger (1971) es una de las bandas sonoras menos conocidas del maestro Bernard Herrmann (1911-1975). Empero, en ella vibra su reconocible impulso romántico y, por primera vez, el timbre de una armónica solista (Tommy Reilly) que, junto a la viola y las cuerdas, se erige en la principal novedad sonora de un score muy preciado por los coleccionistas y que reaparece ahora en una edición limitada y remasterizada en el sello Dragon’s Domain.

Si bien la película de terror psicológico de Alastair Reid no pasará a los anales del género, la música de Herrmann parece venir del pasado para recoger el legado de El fantasma y la señora Muir, Vertigo o la violencia de Psicosis y El Cabo del miedo en una partitura que se escucha como un compendio de su escritura orquestal para el cine.

Portada de la nueva edición remasterizada de 'The night digger'.
Portada de la nueva edición remasterizada de 'The night digger'.

Interpretada por la orquesta Sessions of London dirigida por el propio Herrmann, esta nueva edición de The Night Digger ensambla además los cortes y fragmentos de la banda sonora en suites narrativas que funcionan con sentido dramático y autonomía para su ejecución en concierto.

Quartet Records recupera al mejor Morricone de los 70

El sello especializado español que dirige José María Benitez sigue sumando nuevas referencias morriconianas a su brillante y nutrido catálogo de música cinematográfica histórica. Las últimas celebran una de las relaciones director-compositor más interesantes del cine italiano y europeo de los 70, la que unió al maestro romano y a Elio Petri en una serie de títulos de los que La proprietà non é piu un furto, Indagine su un cittadino al di sopra di ogni sospetto o La classe operaia va in paradiso conforman una trilogía esencial en su doble lenguaje político y experimental en lo sonoro, siempre a prueba de ritmos fáciles u orquestaciones previsibles.

A estas reediciones remasterizadas, con generoso material extra y erudito aparato crítico en sus libretos interiores, se suman también las de Oceano (1971, Folco Quilici), Revolver (1973, Sergio Sollima), en la que suena la hermosa canción Un amico, a cargo de Daniel Beretta, Questa specie d’amore (1973, Alberto Bevilacqua), Arabella (1967, Mauro Bolognini) y la popular Queimada (1969, Gillo Pontecorvo), habitual en el repertorio concertístico del maestro en sus últimas giras.

Portada de la BSO de 'Queimada' (1969).
Portada de la BSO de 'Queimada' (1969).
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