Un andaluz del XX

Gente del Sur | Crítica

El paseo publica Gente del sur y otros escritos sobre Andalucía, meditada y brillante selección de textos de Manuel Chaves Nogales, obra de uno de sus más grandes conocedores actuales, Ignacio F. Garmendia, editor de su Obra completa en noviembre de 2020

Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897 Londres, 1944)
Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897 Londres, 1944)
Manuel Gregorio González

09 de noviembre 2025 - 06:00

La ficha

Gente del Sur y otros escritos sobre Andalucía. Manuel Chaves Nogales. Edición de Ignacio F. Garmendia. El paseo. Sevilla, 2025. 272 págs. 22,95 €

Ignacio F. Garmendia es el responsable de la pulcra y minuciosa edición de la Obra completa de Chaves Nogales, publicada en noviembre de 2020; empresa admirable y hercúlea, de difícil compleción, dada la naturaleza periodística de una parte sustancial de dicha obra, en la que ya se incluían una buena porción de artículos desconocidos. La reciente edición, por parte de Yolanda Morató, de nuevos y abundantes inéditos, correspondientes al periodo de su doble exilio, parisino y londinense, no hace sino subrayar la dificultad propia a esta tarea compilatoria, a cuya dificultad se añaden la grave turbulencia histórica de la guerra y la dispersión de sus colaboraciones por dos continentes, el americano y el europeo. Esta Gente del Sur no corresponde, sin embargo, a esa labor primera de acopio, consignación y limpieza. Se trata, ya en un segundo estadio, de la colección temática de algunos artículos y textos, de los que se extrae, en mirada diacrónica, la evolución y la síntesis de un pensamiento particular: el pensamiento de Chaves Nogales sobre su tierra natal, y el modo en que tal opinión varió, notablemente, con el discurrir del siglo.

Ignacio F. Garmendia establece y distingue cuatro etapas en la obra "andaluza" de Chaves Nogales

En el extenso y razonado prólogo con el que se acompaña la obra, Ignacio F. Garmendia acomete tanto un análisis evolutivo de los temas más afectos a Chaves Nogales -pensemos en cierto costumbrismo lírico de primeros del XX, vinculado a la ciudad-, como de los propios asuntos e inquietudes que la actualidad pondría ante los ojos del periodista, y que compondrán, en breve plazo, la materia humana, política y social con que se forma la extraordinaria obra literaria, desplegada mayoritariamente en papel prensa, de Chaves Nogales. Ello implica que esta Gente del Sur contiene, obligatoriamente, un componente subjetivo: aquel que pertenece a la mirada de quien edita y selecciona los textos reunidos en este volumen. Dicha mirada, sin embargo, actúa según el conocimiento seguro y la pericia acreditada de un profundo conocedor de la obra sujeta a escrutinio. El sur que se extracta, pues, en estas páginas, viene refrendado por el acervo erudito y la inteligencia crítica de quien ha frecuentado detenida y largamente sus páginas. Es este conocimiento detallado de Chaves Nogales el que ha permitido establecer a Garmendia cuatro estadios de su obra, en tanto que indicativos de cierta idea del meridión y en suma, de Andalucía. Una “Primera etapa” tardorromántica y modernista, donde el joven autor aún viene tocado, junto al aire costumbrista, por el timbre lírico de Bécquer y Machado; una segunda, “La forja del cronista”, en la que el propio oficio de gacetillero y la distancia con la ciudad del sur, desplazan el lirismo inicial hacia una prosa instrumental, de suma eficacia, aplicada ya a distintos asuntos de carácter social; una tercera, “Letras de provincias”, donde el homenaje a los maestros locales encierra una singularidad señalada con perspicacia por Garmendia: el carácter cultivado del periodismo de Chaves Nogales. Y una cuarta etapa, “Los años de la República”, donde Chaves Nogales irá consignado, en tierra andaluza, las dificultades y paradojas que obstaculizaron la implantación del régimen republicano, al que el periodista era afecto, y cuyo ideario era próximo al de Manuel Azaña. A este respecto, los textos dedicados a la violencia anarquista, la Semana Santa y la romería del Rocío, son de particular interés para el lector actual, por cuanto le ofrecen una compleja, humorada y trágica visión de un periodo de la vida española -y andaluza, específicamente- en el que Chaves fue destacado partícipe.

Esta misma periodificación, que atañe al diverso significado que Chaves Nogales atribuirá a los fenómenos propios de Andalucía, nos trae, a la vuelta, una pequeña historia del pensamiento -incluso del pensamiento estético- del XX. Desde aquella consideración modernista de la ciudad, que coincide con el “Madrid absurdo, brillante y hambriento” de Valle-Inclán o el “rompeolas de España” de Machado; a las fuerzas sociales que vivaquean y confrontan en el campo y la ciudad andaluzas, hay la misma distancia que entre el joven cronista, ahormado en un localismo moderno y distinguido, no exento de crítica, y el reporter cosmopolita y raudo, en el que ya se destacan los grandes movimientos de masas que señorean el siglo. A ello deben añadirse dos aspectos propios de Chaves subrayados por Garmendia: la compasión que dirige la mirada del periodista (una compasión que nace en el detalle revelador y exacto); y el fondo cultivado, la inteligencia impar, que nutren y conforman su periodismo. De todo ello se extraería, como ya se ha dicho, una imagen verídica de la primera mitad del XX andaluz; vale decir, español; vale decir, europeo.

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