"A veces la arquitectura tiene que dar un paso atrás para poner en primer plano las necesidades de los niños", considera José Morales, responsable junto con Sara de Giles del estudio MGM Morales de Giles, a propósito de su proyecto de aularios para la nueva escuela infantil del colegio de las Irlandesas en Bami, que este año ha sumado a su currículo uno de los premios de la XV Bienal española de Arquitectura y Urbanismo. El encargo, conseguido en un concurso restringido, tuvo su final de obra en 2019 y se realizó junto a la joven arquitecta Rocío Casado Coca. "Su aportación fue decisiva porque ella había tenido mucha relación con la docencia con niños. Este proyecto nos ilusionaba porque hemos hecho todo tipo de equipamientos, desde hospitales a universidades, bibliotecas, vivienda colectiva, vivienda privada... pero nunca antes habíamos realizado una arquitectura orientada a niños tan pequeños", detalla De Giles. Su proyecto planteaba, involucrando a los menores en la creación de una pequeña sociedad, una gran cubierta visualmente permeable "que abraza el espacio donde ocurre todo: los juegos, las complicidades, las enseñanzas".

La escuela infantil se ubica en el Colegio Bienaventurada Virgen María las Irlandesas, obra de los hermanos Barquín y Barón, de 1964, y plantea varias aulas y espacios de nueva construcción junto a un patio de juegos y un patio de invierno, que se conectan como un racimo con las aulas originarias. El conjunto se ordena alrededor de un eucalipto preexistente que los niños ven desde el interior.

En su fallo, el jurado de la XV Bienal destacó que se trataba de una arquitectura muy sincera. "Partimos de la idea de que había mucho tópico en relación con las escuelas infantiles. Se estresa a los niños con tanto color y tanto juguete y creíamos que necesitaban socialización por encima de todo. Aquí la arquitectura dio un paso atrás para poner en primer plano la psicología infantil. El niño nunca tiene la sensación de estar ni dentro ni fuera sino envuelto por un ambiente", explica Morales.

Escuela infantil Colegio IBVM Irlandesas (Premiado XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo). MGM y Rocío Casado.

La XV Bienal premió la mejor arquitectura construida en España en los dos últimos años y en su palmarés plasma un panorama diverso, donde conviven edificios enormes y otros de dimensiones más modestas, como el suyo. "Es muy estimulante que se reconozca con este premio que tantas horas de trabajo da una obra pequeña como una grande, un proyecto de 600 metros que uno de 6.000 metros. A veces los edificios que parecen más complejos son más simples porque están sometidos a funcionalidades muy medidas pero en un edificio donde lo que prima son las relaciones humanas es todo distinto", matiza Morales.

MGM es una de las firmas arquitectónicas sevillanas mejor valoradas internacionalmente, cuenta con una segunda sede en París y se precia de no ser un estudio comercial. "Concebimos nuestro estudio como un laboratorio de investigación", acreditan Morales y De Giles, que ahora trabajan en la construcción del Learning Center de la Universidad de París-Saclay, que ganaron en 2017 en un concurso internacional al que optaron los Pritzker Lacaton y Vassal. "Se trata al mismo tiempo de un centro de documentación, un lugar de mediación científica y un espacio de trabajo colaborativo con varias entreplantas y dobles alturas. Será la joya de la corona de este campus universitario en el barrio de Moulon en Gif-sur-Yvette", detalla De Giles.

Learning Center de la Universidad Paris Saclay (Premio de arquitectura española internacional 2017). MGM + Beaudouin Architectes.

MGM ha sido elegido en junio para construir la nueva biblioteca municipal de Nerja, que abrirá sus puertas junto al Balcón de Europa, y también ha ganado el concurso para crear en la Plaza de la Constitución de Cártama (Málaga) un espacio público donde se protegerán y musealizarán los restos arqueológicos existentes, ambos con la arquitecta María de Lara.

El estudio ha obtenido una gran repercusión internacional y su obra se ha expuesto en el MOMA de Nueva York y en el pabellón de España de varias ediciones de la Bienal de Venecia, que mostró su proyecto de aularios para la Universidad Pablo de Olavide, con su arquitectura sostenible que permite a la naturaleza acceder al edificio, como ocurre con el campus parisino que ultiman.

Su premiado Instituto Cartuja de Técnicas Avanzadas funcionará como Hospital Maternal

En su valioso catálogo sobresale también el Instituto Cartuja de Técnicas Avanzadas en Medicina de Sevilla, que obtuvo en 2013 el Premio de Arquitectura Española con su innovadora fachada de aluminio perforado y su organización en torno a una calle-patio principal. "Un hospital muy racional y estricto en sus necesidades que planteaba una relación amable con el usuario y el entorno", destacan.

Sin embargo, desde que entregaron la obra el Instituto Cartuja había permanecido cerrado y sin uso hasta que, recientemente, su nuevo propietario, la consejería andaluza de Salud, anunció que se abriría al fin con otra misión: acoger la Maternidad del Macarena. Sorprendentemente, no han contactado aún con sus arquitectos.

Hospital Instituto de Técnicas Avanzadas en Medicina (Premio de arquitectura Española 2013 y 1º premio internacional AIT Awards 2014) MGM, Morales de Giles arquitectos SLP.

"Fuimos muy exigentes y rigurosos con este edificio porque nos obsesionaba el reto de su funcionalidad, no el ganar premios. Por eso nos parece un gran motivo de celebración que se vaya a poner en uso pero nos gustaría aconsejar a la nueva propiedad sobre cómo adaptarlo a la nueva función pues somos sus mejores conocedores y hay elementos que están más allá de la memoria y los planos. Por ejemplo, nosotros incluimos partes desmontables para poder introducir maquinaria, ya que el edificio original tenía varios quirófanos y UCIs, y nos gustaría que, dado que este proyecto ha tenido tanto reconocimiento internacional, como el AIT Award 2014 en la categoría de edificios sanitarios, pueda preservarse la calidad de su arquitectura para garantizar lo más importante, que es la función. Pero nadie se ha puesto aún en contacto con nosotros a pesar de haber comunicado nuestra disponibilidad a colaborar por cortesía", lamentan.

José Morales reflexiona al respecto. "Los inversores privados en medicina están ganando la batalla a la inversión pública. Los hospitales públicos están anticuados o mal conservados, y los privados, en cambio, suelen usar patrones arquitectónicos muy antiguos. Hay que estar atentos porque la sanidad pública española fue buenísima a todos los niveles, también en términos arquitectónicos".

Sara de Giles asiente. "Con pocos ajustes podemos hacer que no se merme la calidad del proyecto original, y somos sus mejores conocedores. Nos ilusiona que sea un maternal de tanta calidad y reconocimiento como lo ha sido su arquitectura. Desde el Movimiento Moderno la mejor arquitectura ha sido flexible".

Morales y De Giles junto a los arquitectos que colaboran en su estudio.

Partidarios de una arquitectura híbrida, creen que los edificios deben evolucionar al igual que lo hacen la sociedad y sus requerimientos. "En París llevan años apostando por la ciudad más sostenible, que es la más densa e híbrida. La ciudad que queremos debe ser flexible. Lo que no podemos es seguir haciendo tipologías que pertenecen al final de la Segunda Guerra Mundial, con normativas estancadas y viviendas con pasillo. Pero la historia de Sevilla está llena de buenos ejemplos: cuántos usos se han dado, por ejemplo, a la Fábrica de Tabacos. Los edificios deben tener flexibilidad sin que eso sea el motivo del encargo", añade José Morales, admirador ahora, como en su juventud, del legado de los arquitectos portugueses Alvaro Siza y Soto de Moura. De Giles, a su vez, extiende ese magisterio a su admirada Carme Pinós, de la que aprendió en un taller juntas que "hay que pensar siempre en la experiencia de la persona alrededor del edificio, en cómo ve la arquitectura y ésta la recibe".

Con esa filosofía han logrado un lugar propio en el competitivo mundo internacional. "Propugnamos una arquitectura que sea capaz en sí misma de activar el espacio urbano, con sus umbrales, preámbulos, materialidades. Ahora que hemos descubierto con el Covid que el plano urbano es más deseado que nunca, reivindicamos que la primera sostenibilidad es la social. La captación energética es, obviamente, esencial, pero hay mucho más en juego: la arquitectura debe crear un terreno de libertades en vez de vallar y cercar como vemos a menudo en Sevilla y en la Isla de la Cartuja; debe crear comunidad y hacer más amable la experiencia de la gente".