Al calor de la Italia española

Juan Ramón Lara

11 de abril 2014 - 05:00

Femàs 2014. La Ritirata. Intérpretes: María Eugenia Boix, soprano. Nerea Berraondo, mezzosoprano. Tamar Lalo, flauta dulce. H. Kurosaki y M. Zeberio, violines. E. Solinis, tiorba y guitarra barroca. D. Oyarzábal, clave. Josetxu Obregón, violonchelo y dirección. Programa: Obras de A. Scarlatti, Caldara, Iribarren, Ferreira, Mancini, Zipoli y anónimo boliviano. Lugar: Centro Cultural Cajasol. Fecha: Jueves 10 de abril. Aforo: Media entrada.

Triunfó en su estreno en el Femàs el reconocido grupo que lidera Obregón, en un concierto que fue de menos a más y en el que la calidad de los músicos se sobrepuso a un programa un tanto desigual, con un trajín de instrumentistas y cantantes en escena que retardó la entrada en calor de intérpretes y público.

Tal programa, bien variado, se nucleaba en torno a Scarlatti padre y el Nápoles de 1700. Con él y ciertas dudas comenzó una primera parte en la que lució su bien colocado registro grave la mezzo Berraondo; luego demostraría en Tu sei una notable capacidad para caracterizar los afectos de melodía y texto -este, una vez más en el Femàs, fuera del alcance del público-.

Los interludios instrumentales dieron espacio a Tamar Lalo, muy protagonista siempre, para demostrar expresividad y detallismo; y para recordarnos que Hiro Kurosaki, aun sin estar tan brillante como en su recital de la semana pasada, es uno de los mejores violinistas que hayan pasado nunca por el Femàs. Pero la triunfadora de la segunda parte fue la Boix, que superó un inicio demasiado expuesto -una voz tan plana de vibrato como la suya siempre es de alto riesgo- para mostrar un delicado legato en el registro medio, un buen italiano y su control del registro agudo, siempre amenazando con desbordarse. El ambiente musical se caldeó realmente en las propinas, dos dúos monteverdianos en los que, por fin, se unían las voces y se sacaba partido a todo el elenco. El público bien lo agradeció.

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