Chayanne derrite a Sevilla con su 'boom, boom'

Conciertos

El cantante puertorriqueño actuó ante 16.800 personas en la Plaza de España

Las imágenes del concierto de Chayanne en Sevilla

Concierto de Chayanne
Concierto de Chayanne / José Angel García

Anoche despidió Sevilla su ola de calor, pero recibió a Chayanne. Así que estuvimos más o menos en las mismas, pues el puertorriqueño también nos derrite, aunque en este caso no con el sol de los cuarenta grados, sino con algo más llevadero: esa cadera bendecida de sabrosura caribeña, ese boom boom, esa torería suya en esta plaza (de España) a la que acudió con el Icónica Santalucía Sevilla Fest. Un espacio copado de fans donde este hombre con sonrisa de media luna puso el alma en el ruedo. Este hombre que probable nos haya dejado embarazado cada vez que mirábamos a las pantallas del escenario. Ay, ay, tú bajaste del cielo, Chayanne.

La fiesta se inauguró con Bailemos otra vez. Y se empezó bailando, de nuevo, sí, y ahí Sevilla, y ahí Chayanne, y la Plaza de España, y el entusiasmo de los primeros minutos, y la noche era una noche de verano de los años noventa cuando sonó Salomé, y baila que ritmo te sobra, y baila que báilame, y la cosa nos recordó a una tarde de deberes en primaria, mínimo común múltiplo, programa Alta tensión, presenta Constantino Romero, Sabor a ti, Ana Rosa Quintana, móviles Alcatel, mundial de Francia, o mundial de Corea, anulan el pase de Joaquín, todos los padres con un piso en la playa, qué moderada despreocupación en el ambiente de aquella España que da nombre a la plaza. Hay artistas que son el acento de la palabra época. Algo así será Chayanne. No sé.

El caso es que esa vibración del tiempo, o de su nostalgia, llegó fuerte, y se vivió, en el escenario. Un Chayanne enérgico entre gente guapa -entre gente muy guapa en el palco-, entre gente con ganas de pasarlo bien -entre gente con ganas de pasarlo muy bien en la pista-, entre gente con ganas de bailar aquí y allá. Entre gente que no suele ser noticia, pero que necesitamos de vez en cuando. No todo puede ser la polarización, las filtraciones y el tertuliano. España es más.

Concierto de Chayanne
Concierto de Chayanne / José Angel García

El recital de mambo corporal y de seducción irresistible continuó con Provócame, con ese baile hipnótico e incansable. Pienso en gente que si da dos vueltas más con las piernas tienen que llevarla a urgencias del Virgen del Rocío. Agüita el intenso derroche de coreografía. “Qué placer tan grande estar aquí en Sevilla; esta tierra maravillosa de Andalucía”, declaró el cantante antes de arrancarse con Cuidarte el alma. Y con Atado a tu amor. Uno de los momentos del concierto, previo al saludo del artista a su público. Chayanne bajó al foso para abrazar al fan enfervorizado, extasiado, descontrolado de un mínimo decoro social. Es ese fan que mira como tú miras una paga extraordinaria. La devolución de Hacienda.

“Y tú te vas, acortándome la vida, agachando la mirada”. Temazo sentimental que animó el ambiente de una plaza que respondió a uno de los clásicos de Chayanne, quien confesó vivir una “noche especial”. Con la de noches “especiales” que habrá vivido el de Puerto Rico, qué honor. Ritmos del Caribe con ese Palo, palo, que invitaba otra vez al movimiento pélvico, a rozarse más que el gato de una venta, como dicen los refranes de Sevilla. Ya está: yo de joven quiero ser como Chayanne. Es la conclusión a estas horas de la noche -cuando ya se cumplió la hora de concierto-.

Concierto de Chayanne
Concierto de Chayanne / José Angel García

“Así, lo ves, cuenta uno, dos, tres”, “Oye, abre tus ojos, mira hacia arriba”, y más bailaba la gente guapa de los palcos, y más se movía la gente bailonga de la pista, y más nos recordaba la noche a aquella España de finales de los años noventa, a aquella España que no pasaba de cuartos de final -¿gol de Helguera?-, a aquella de España de Airtel o de Amena; aquella España de los veranos de un mes en la playa -ese moreno de un mes en la playa-, a aquella España de helados en frutas congeladas o en pingüinos de serie y de plástico -¿los recuerdas-?, España de bazares de los veinte duros, España de la primera Playstation, teléfonos fijos sonando en las casas, viajes en coche con tu primo camino de Rota o de Matalascañas -ese plan promete-.

Sevilla intentaba deleitarse con los temas menos populares -o con los más melódicos-, pero en el ambiente se pedía esos temas que nos traen el acento de una época. Queremos a Chayanne, pero sobre todo queremos ese reflejo del tiempo que es Chayanne. Así funcionan estas historias. Así que el cantante se dejó para el final un sustancioso popurrí y su mítico Torero. Concluyó la celebración poniendo ese alma puertorriqueña en la Plaza de España de Sevilla. En el acento de una época. En la memoria que tú lleves.

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