Recuerdos y despedidas

Aftersun | Crítica

Francesca Corio y Paul Mescal en una imagen de 'Aftersun'.
Francesca Corio y Paul Mescal en una imagen de 'Aftersun'.

Ficha

*** 'Aftersun'. Drama, Reino Unido-EE.UU., 2022, 98 min. Dirección y guion: Charlotte Wells. Fotografía: Gregory Oke. Música: Oliver Coates. Intérpretes: Paul Mescal, Francesca Corio, Celia Rowlson-Hall, Kayleigh Coleman, Sally Messham.

La primera película de la escocesa Charlotte Wells se ha abierto paso en numerosas listas con lo mejor de este año desde sus formas sensoriales y el intimismo de su historia paterno-filial que, como bien apuntó el colega y amigo Santi Gallego durante el pasado SEFF, tiene tal vez demasiadas deudas y similitudes en fondo y forma con Somewhere (2010), de Sofia Coppola.

Con todo, la sobredimensión crítica no le hace demasiado favor a un filme que tal vez tenga menos sustancia, emoción, finura y originalidad de lo que se proclama, una película que, en cualquier caso, busca en su superficie fragmentaria e impresionista narrada desde el presente la reconstrucción fantasmal de la figura del padre (Paul Mescal, también candidato a numerosos premios de la temporada) en el relato de unas vacaciones low-cost en un resort de la costa turca rememoradas como ese último gran tiempo compartido.

Wells filma de cerca, desde las esquinas y en los reflejos, desde los sonidos y músicas ambiente, dejando entrever el trasfondo trágico de ese relato incompleto hecho de retazos, materialización de una memoria difusa, volátil e imprecisa. Lo prosaico, lo banal y lo lírico se entrecruzan así en un filme que adelanta demasiado la amargura disimulada del destino entre cintas de vídeo, tiempos muertos y canciones de karaoke. Con todo, es difícil no identificarse con ni proyectarse en esta pequeña historia de padecimientos (también de clase) callados, crecimiento emocional, afectos en proceso de maduración y memoria (autobiográfica) a partir de la materia física del cine.

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