FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

Empieza el baile | Crítica

Tres en la carretera

Marralde, Morán y Grandinetti en una imagen de 'Empieza el baile'.

Marralde, Morán y Grandinetti en una imagen de 'Empieza el baile'.

Premio del Público en el Festival de Málaga, donde Jorge Marrale también obtuvo el de mejor actor secundario, Empieza el baile se articula y despliega como una road-movie por las carreteras de un crepuscular interior argentino a partir de un postrero encuentro entre tres viejos amigos y la nostalgia de una época de esplendor, tango, fama y romance de la que apenas queda ya el recuerdo desvaído y la achacosa ruina de los cuerpos.

El nuevo filme de Marina Seresesky (La puerta abierta, Lo nunca visto) asume plenamente ciertos estereotipos argentinos (de la música a la comida, de la eterna crisis al paisanaje rural) pero consigue, sobre todo gracias a sus tres grandes intérpretes, Grandinetti, Marrale y Mercedes Morán, ese justo tono cómplice de la comedia agridulce y melancólica que supera paradas, encuentros, revelaciones y quiebros (tal vez demasiados) en una historia de carretera que tiene mucho de viaje de reconciliación y despedida.

Así, Empieza el baile va trufando poco a poco su trayecto de peripecias, diálogos inspirados, localizaciones decadentes y gestos que encarnan y revelan el peso del pasado en las vidas de unos personajes que se saben ya fuera de tiempo y de lugar, viajeros en furgoneta hacia ese destino que no es otro que el de las consecuencias de sus actos, renuncias y silencios y el de un cariño y una añoranza mutuos que se respiran en cada escena y cada conversación proyectados hacia un último y emocionante baile.