Cultura

Los desdoblamientos de Raquel Madrid

  • La intérprete celebra hoy y mañana en la sala Manuel García los diez años de su compañía

En una ocasión, en uno de los certámenes coreográficos en los que participaba, Raquel Madrid preparó una pieza que se adaptaba a la premisa que le habían dado, la de que debía durar tres minutos. Pero, observando las propuestas de los compañeros, reparó en que las otras se diferenciaban de la suya. "Todas eran muy sencillas, pero yo me planté allí con una bolsa, con un montón de detalles de escenografía, varios chismes...", relata divertida esta bailarina que ha asumido tras años de carrera que "si soy excesiva, no pasa nada". Las razones de ese supuesto exceso se entienden: para expresarse, estalicenciada en Arte Dramático, Danza y Derecho, formada también en circo contemporáneo, tira de los recursos que ha aprendido en su vasto historial académico. Una variedad de registros por la que cuesta encasillarla: "En Arte Dramático me decían que estudiaba Derecho, al principio en la danza me veían como la actriz que bailaba, los actores como la bailarina que actuaba... Sí, y hago telas de circo y me he pasado años cantando en bodas. Hay momentos en que te preguntas dónde estás, pero la verdad es que ésta soy yo".

Con esa curiosidad que le caracteriza, Madrid representa hoy y mañana en la Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza Hay cuerpos que se olvidan, un espectáculo con el que celebra los diez años de su compañía, 2Proposiciones. La obra, programada dentro del Mes de Danza, vuelve a demostrar la curiosidad y la inquietud de una intérprete que continúa buscándose. "Cuanto más sabes, más te das cuenta de que no sabes. La frescura del primer espectáculo no tiene nada que ver con la presión y la responsabilidad de éste", asegura la coreógrafa, que aquí vuelve a hacer "mil cosas, no me dedico a bailar y punto: hay muchas vías de expresión", comenta sobre una producción que se toma, dice bromeando, "casi como un casting. Está el panorama tan mal que voy a hacer todo lo que sé, a ver si alguien me da trabajo", dice entre risas.

Madrid, que se ha inspirado anteriormente en diversas celebraciones como el fin de año, una boda, un cumpleaños, ahora escoge un punto de partida singular para su nuevo proyecto: una defunción. "Fue algo que surgió en una residencia artística que hice en el Cicus. Siempre que empezaba a preparar un espectáculo, tenía la idea y me ponía a trabajar. Pero esta vez la residencia me permitió pensar, empezar desde cero", comenta. Al dramaturgo José Francisco Ortuño, uno de los colaboradores de Hay cuerpos... junto con la ayudante de dirección Charo Sojo, le señaló que las fases del duelo -la negación, la negociación, la ira, la depresión y la aceptación- eran "las fases de la vida". Esa sensación de pérdida se podía trasladar al sector "dañadísimo" de la danza. "He hecho este espectáculo pidiendo favores, con anuncios en Facebook, con escenografía prestada... Si no hay dinero, no deberíamos generar contenidos, no deberíamos alimentar al monstruo. Pero necesitamos crear, se nos va la vida en ello. A mí me duele el cuerpo si no bailo", reconoce. La intérprete alberga la esperanza de que "después de tocar fondo se puede ir hacia arriba. Cuando yo nací, mis padres vivieron otra crisis y luego les ha ido bien. La vida son ciclos". Quizás este duelo al que se enfrenta Raquel Madrid sea un paso previo al renacimiento.

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