Dos divas frente a frente y de la mano. Derrocharon complicidad y humor sobre las tablas. El repertorio lírico apenas quedó reducido a un solemne Ave María de Shubert y al tradicional vasco Hator, hator que nos hizo recordar los coros del casco viejo de San Sebastián, en un bellísimo arreglo. Fue Arteta la que se acercó al repertorio andaluz, incluso en la dicción, aunque Morente supo darle con gusto la réplica en el Adeste fideles o en el Noche de paz. Tuvimos que ir al Maestranza para escuchar el cancionero del ciclo navideño tradicional andaluz, más allá de los villancicos: las coplas enumerativas (Caracol, Un chavico), las de ronda y de puya (Canción de los pastores) y el Romance pascual de los peregrinitos. También del repertorio de Lorca-La Argentinita la Nana de Sevilla. La parte más flamenca fueron los tangos con los que Morente envolvió la Salve del Sacromente y las modernas y muy divertidas Bulerías de los Reyes Magos a las que se sumó Arteta, que se marcó también unos pasitos por fiesta. También del repertorio moderno Al niño antes de nacer, que escribió Manuel Alejandro para Raphael y la Nana de Jerez. Al final del espectáculo las divas invitaron al público a sumarse a la fiesta y el recital acabó con todo el teatro cantando el tema que da título a la propuesta. Se divirtieron y nos divertimos.