Apasionada matinal romántica
Solistas ROSS | Crítica

La ficha
SOLISTAS ROSS
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Ciclo de Música de Cámara de la ROSS. Vladimir Dmitrienco, violín; Jerome Ireland, viola; Nonna Natsvlishvili, violonchelo; Tatiana Postnikova, piano.
Programa:
Anton Arensky (1861-1905): Trío con piano nº1 en re menor Op.32 [1894]
Johannes Brahms (1833-1897): Cuarteto con piano nº3 en do menor Op.60 [1875]
Lugar: Espacio Turina. Fecha: Domingo 16 de marzo. Aforo: Media entrada.
En atriles, dos obras románticas con indudables puntos de conexión, ambas en modo menor, en cuatro movimientos y con el Scherzo en segundo lugar. El de Arensky, cuyo aroma a Chaikovski resulta indudable, es obra de naturaleza elegíaca (lo que se explicita en el tercer movimiento) por su dedicatoria a Karl Davidov, violonchelista ruso amigo común con Chaikovski, fallecido unos años atrás.
Interpretaciones de una intensidad extraordinaria, desde el mismo arranque con ese diálogo apasionado entre el violín de Dmitrienco y el violonchelo de Natsvlishvili sobre el tapiz tejido por el piano de Postnikova que enseguida se metió con enérgico desparpajo en la conversación. Perfecta afinación, acentos poderosos, articulaciones variadas, relieve dinámico y un sentido arrebatador de la expresividad marcaron la ejecución magistral de la obra. La alegría incontenible del Scherzo tuvo un duro contraste con esa Elegía lúgubre con la cuerda asordinada, en momentos en que el trío sonó con una calidez recogida e íntima formidable antes del expansivo y dramático final.
La incorporación de Ireland tras el descanso no cambió nada del sentido de la música, que empezó dominando robusto el piano y se extasió en melodías plenamente brahmsianas, tocadas con ímpetu y vibrante energía. En el Scherzo el cuarteto pareció desmandarse, pero el equilibrio y la claridad no se perdieron en ningún momento: todo quedó bajo el control de una febril fantasía. Pleno dominio técnico y emoción expresiva: lo que nunca debería faltar en un concierto.
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