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"No entiendo por qué un gitano no puede bailar una petenera"

  • El artista onubense busca "romper con los tópicos" en 'Gelem', su segundo espectáculo en solitario que estrena hoy en el Festival de Jerez

"No entiendo por qué un gitano no puede bailar una petenera"

"No entiendo por qué un gitano no puede bailar una petenera" / manuel aranda

-Venir en solitario al Teatro Villamarta es algo serio...

-Sí, no tiene que ver nada cuando vienes con compañías o incluso de espectador. Ahora tienes que enfrentarte al toro solo y poner banderillas. Da mucho respeto estar en el Festival de Jerez, ya sea el espacio que sea, aunque el Villamarta todavía es una responsabilidad mayor. Cuando escuchas eso de "Aquí te espera Jerez..", uff (risas).

-Y cuando encima viene después de brillar en su anterior propuesta, con la que obtuvo el Premio Revelación...

-Está claro que con Aviso: Bayles de jitanos tuve una repercusión muy fuerte. Después de tantos años ahí atrás, era como dar un paso adelante por fin. Encima, todo quedó muy bien y logramos ese Premio Revelación. De cualquier forma, no quiero tomarme Gelem como una competición con respecto al anterior. Aviso era Aviso y Gelem es Gelem, porque, además, cada uno lo sientes de una forma. Es como los niños, uno quiere a los dos por igual. Yo voy a dar el cien por cien, ya será el público quien decida qué forma le gusta más.

-¿Le ha cambiado mucho la vida después de ese primer espectáculo en el Festival de Jerez?

-Sinceramente, sí. Llevo muchos años sembrando y trabajando para recoger los frutos, pero sí que realmente me hacía falta la guinda, y la guinda llegó con Aviso: Bayles de jitanos. Es curioso cómo es todo esto porque la gente, después de aquello, me decía "cómo has bailado" y yo realmente veía que estaba bailando igual que lo hacía seis meses atrás. Creo que el Premio Revelación y en Jerez ha sido muy importante. No comparto lo que dice mucha gente de que los premios no valen para nada. En este caso sí vale, porque a la hora de presentar la propuesta nos ha servido bastante. Es casi una recomendación, vas avalado por el Festival de Jerez y eso hoy día es mucho.

-El espectáculo que estrena hoy se titula en cambio Gelem pero sin embargo hace bailes de los que los gitanos reniegan...

-Sí, esa era la idea, romper con esos tópicos. Hablé con Manuel Liñán y le dije que me gustaría hacer esos bailes que no se catalogan como gitanos, la petenera, la farruca, la guajira...Siempre se ha hecho la soleá, la seguiriya o la bulería. A mí me apetecía bailarlos, pero simplemente por hacerlo, no busco convertirlos en la petenera del siglo XXI, por decir algo.

-¿Por qué cree que existe ese estereotipo entre los gitanos?

-No lo sé, yo por lo menos no lo he vivido, creo que es algo de otra época. Con decirte que mi padre me ha dicho estos días "niño, no puedes bailar otra cosa", no quería, ni quiere que baile peteneras. Yo eso no lo entiendo, porque incluso los gitanos jóvenes me dicen "no hagas eso que tiene mala sombra". Yo no he vivido eso, y entonces no puedo hablar. Lo único que sé es que se la vi bailar a Lucía La Piñona y a raíz de ahí decidí bailarla. Es un cante muy bonito. Pasa igual que el himno Gelem, que habla de fatigas, genocidio...Eso yo no sé interpretarlo, porque no lo he vivido. Quiero romper con esos tópicos, no pasa nada porque un gitano baile una petenera.

-En su anterior propuesta trabajó con Rafael Estévez y ahora con Manuel Liñán, ¿han sido procesos muy diferentes?

-En líneas generales, no. Quizás el primero fue un proceso más largo. A Estévez lo conocía desde pequeño y trabajamos cómodamente. Y con Manuel Liñán, a pesar de conocerlo menos, trabajé muy bien. Ambos tienen una calidad humana con la que da gusto trabajar.

-Y en este, ¿con qué se queda?

-Me quedo con lo claro y lo fácil que lo hace Liñán. Yo llevo varios meses atacado con los nervios, pero cuando hablaba con él, me ha transmitido siempre tranquilidad. Es una persona muy grande, que tiene una trayectoria increíble, pero luego, en el cara a cara, es una persona de lo más humilde y eso me ha ayudado mucho.

-En la ficha técnica aparecen muchos miembros en la composición musical, ¿ha sido un trabajo de equipo?

-En cierta forma sí. Juan Campallo y Manuel de la Luz han hecho toda la música, y luego Jesús Corbacho nos ha ayudado en la elección de los estilos, siempre bajo la supervisión de Manuel y mía. Jesús Corbacho una persona que sabe de cante, para lo joven que es, muchísimo. Y no se ha buscado algo rebuscado, lo que hemos querido es que la gente que vea el espectáculo disfrute.

-Desde que ganó aquel concurso para jóvenes en 1999 organizado por la Fundación Cristina Heeren, su vida artística ha ido casi ligada a esta institución...

-Bueno, yo quitaría el casi, porque he estado desde los 14 años con ellos. Llevo media vida con ellos porque tengo 33 años y reconozco, y es algo que siempre he dicho, que soy un producto de la Fundación. Cuando presentamos Avisos hablamos con Cristina y me apoyó, y ahora igual. He estado muy ligado a ellos y a Cristina le debo mucho.

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