cucaracha con paisaje de fondo | Crítica de teatro

El futuro ya está aquí

La magnífica escenografía de Pablo Chaves con parte del elenco de 'Cucaracha con paisaje de fondo'

La magnífica escenografía de Pablo Chaves con parte del elenco de 'Cucaracha con paisaje de fondo' / Oliver Roma

Resultado de un proceso de investigación donde se quería profundizar en la maternidad, la continuación de la especie y la extinción del ser humano que promovió la compañía Mujer en obrasCucaracha con paisaje de fondo se convirtió, desde su estreno,  en la sorpresa teatral de la temporada. Su descarada frescura, su divertida trama, sus interpretaciones acertadísimas, su desinhibición palpitante, su inmejorable puesta en escena con un escenario  exquisito le llevaron a hacerse con dos premios Max, el de espectáculo revelación y el de autoría revelación para Javier Ballesteros, que, por cierto, alterna con Pablo Chaves (creador, también, de este maravilloso escenario), el papel del doctor Federico. La trama aborda la necesidad de existir y la valentía de decir adiós.

Dicho así parece que nos vamos a enfrentar a una plúmbea disquisición filosófica pero Javier Ballesteros e imagino que el trabajo de laboratorio, las colaboraciones de las actrices, consigue destilar en una comedia salvaje toda la tradición del  humor del teatro español.

Escrita en prosa y en verso recoge lo mejor de cada casa, el humor absurdo de Mihura, el ripio de los clásicos, y la sinvergonzonería de reírse en la cara de Lorca (no en vano, el doctor, todo dulzura en principio, y que acabará sacando a la luz su faceta oculta) se llama Federico, como el autor de Yerma.

La obra es sencillamente redonda, si no fuera por una precipitación en el final que la simplifica demasiado, pecata minuta si atendemos al derroche de felicidad que nos ha proporcionado durante todo el espectáculo.

Las actrices, Laura Barceló, Eva Chocrón, Virginia de la Cruz, Matilde Gimeno, María Jáimez y June Velayos (y Pablo Chaves). aunque uniformadas en el vestuario y pelucas, marcan, cada una con su personalidad, a  sus mujeres como si fueran trajes a medida. Se agradecen, (excelente y justa reivindicación) los acentos andaluces de María Jáimez y Pablo Chaves

Hay una voz en esta propuesta, tanto por Ballesteros, como por la propia compañía Mujer en obras. No hay medias tintas, se afrontan los temas con total desnudez pero desde la socarronería más ilustrada. Nadie debería perderse esta maravilla, divertida e inquietante.

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