De partida, el nombre Mil millones de mejillones (Editorial Temas de Hoy) resulta, cuanto menos, peculiar para un ensayo sobre economía. La nueva incursión en las librerías de Fernando Trías de Bes (Barcelona, 1967) no es un tocho al uso que albergue una críptica terminología financiera sólo apta para eruditos. La disparatada fábula que ha ideado este economista y autor de fenómenos editoriales como La buena suerte y El hombre que cambió su casa por un tulipán es "una pequeña historia divertida del dinero" que no es sino una desternillante parodia de la crisis no exenta de mordacidad crítica.

La novela está escrita en forma de diario e ilustrada de manera eficaz por Toni Batllorí a través de decenas de "monigotes" que recorren las páginas del relato y "le dan un punto de realidad". Un camarero de Vallecas en paro recibe la llamada de una empresa de trabajo temporal para embarcarse de inmediato en un crucero de lujo. En él viajan la mayoría de líderes políticos internacionales -Obama, Angela Merkel, Hugo Chávez...-, las caras conocidas de los partidos españoles -Teresa Fernández de la Vega, Gallardón, Esperanza Aguirre, Carmen Chacón...- así como todo un carrusel de celebrities tipo Flavio Briattore, Fernando Alonso, Florentino Fernández o un sorprendente Michael Jackson con bigote que recuerda sospechosamente a Carod Rovira. Son los invitados a la boda, en aguas internacionales, de Silvio Berlusconi con una modelo. El buque naufraga en alta mar y llegan a una isla en la que tendrán que organizarse para sobrevivir. Para alcanzar acuerdos. Para remar todos a una. Y para administrarse con sentido común... Toda una utopía cuando se trata de una reunión política de altos vuelos.

El recurso de la isla, confiesa  Trías, no se debe a la célebre serie Lost de la que confiesa no haber visto ni un capítulo. "Ya tenía pensado hace tiempo explicar la economía en una isla porque en el reduccionismo todo es más fácil, es decir, los fenómenos sociales si se reducen son más fáciles de comprender".

La isla es el escenario de trabajo, los camareros y mecánicos del barco "la plebe" y los polítcos son..., no hay duda, eso, políticos y Berlusconi es el presidente. "Además de una crítica a la clase política hay también apuntes de crítica a la gente del pueblo. Se convocan elecciones y, al final, escogen al político que cuenta los chistes más divertidos [Berlusconi]. Ahí hay un poquito de denuncia a la responsabilidad del electorado", explica el autor que también mira a la actualidad política inmediata de los casos de corrupción en todos los países. "Es un elemento inherente al sistema político tal y como lo tenemos concebido. Corrupción ha habido, hay, y, lamentablemente, seguirá habiendo", dice.

En un entorno así, los mejillones son la moneda de cambio. "Con los mejillones es muy fácil explicar el sistema monetario, que es el más complejo de comprender. Se explican los mecanismos y trucos del dinero: por qué se producen las inflaciones, las quiebras bancarias, por qué los tipos de cambio afectan de una determinada forma..." Además, Trías de Bes reproduce episodios de la historia como el Crack del 29 y hace desfilar por su isla a los padres de los tratados sobre los que se asienta la economía: Marx, Engels o Adam Smith. "El cruce de personajes históricos y reales es hilarante. Los primeros ven las ideas claras y los segundos -concluye- hacen lo que quieren o pueden".