El granadino Javier Gilabert presenta este sábado, a las 12:00, en la librería Casa Tomada (Muro de los Navarros, 66), y acompañado de Diego Vaya, Todavía el asombro, el libro con el que el autor se hizo con el XV Premio de Poesía Blas de Otero -Ángela Figuera. Una obra con la que el poeta, que ya ganó anteriormente el Certamen Universidad de Deusto, reivindica la sorpresa y el descubrimiento como formas de estar en el mundo.

"El asombro es la carne del instante, / y arraigan sus cimientos en la luz, / material con que el verso se construye, / el aire el armazón que lo sostiene. / Del asombro al asombro va el poema", escribe Gilabert en una obra emocionante y honda en la que sugiere afinar la percepción para sentir el milagro que reservan las cosas: "Se trata de mirar, es el secreto, / pues no basta con ver: / mirar requiere esfuerzo e intención. / Es cuestión de paciencia: siempre la claridad viene del cielo".

Así, en las páginas de Todavía el asombro,  editado por El Gallo de Oro, "la esperanza / se aferra a lo que puede", canta el poeta. "No deja de asombrarme / la hiedra que se aferra a las paredes / y cómo el musgo encuentra entre las piedras / el mínimo resquicio / de la vida". Y el sentimiento, lo sabe Gilabert, es la llave para llegar a ese hallazgo: "No es el ojo mejor que el corazón. / A veces la mirada iguala al pálpito, / pero es la entraña / quien sabe discernir / el tenue resplandor de cada cosa".

Dedicado in memoriam a Rafael Guillén, maestro de Gilabert y sobre el que editó una antología-homenaje de otros poetas, el libro aborda el zarpazo de la muerte o el miedo que implica el estar vivo -"la mirada de piedra en nuestra nuca"-, pero este libro que mereció el respaldo de poetas como Raquel Lanseros o Lorenzo Oliván, jurados del premio, propone un viaje que acaba en la celebración: "No dejes que lo malo por llegar / ocupe el pensamiento con su sombra. / Tan sólo es posesión el mero instante, / la luz que se nos da".