Una serie de documentos, cartas, diarios e ilustraciones fueron el germen que sembraron en Jaime Bohórquez y Crespí de Valldaura la semilla de Los pioneros de Doñana (1872-1959), una obra que el autor presentó en la tarde del martes en la capital y que supone una creación a caballo entre el relato histórico y la evocación biográfica.

Jaime Bohórquez, nacido en Madrid pero criado en Jerez, es un empresario al que le llamó particularmente la atención la confluencia existente entre Abel Chapman, Walter Buck y William Riddell, tres naturalistas que colocaron los cimientos de lo que hoy conocemos como el Parque Nacional de Doñana.

El autor reconoció a este periódico que “no tenía pensado escribir un libro”. Sin embargo, Pioneros de Doñana. Arte y naturaleza en la España inexplorada, una exposición que puede ser visitada hasta el mes de abril en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, le sirvió como impulso para dar rienda suelta a su imaginación y confeccionar este relato cargado de humor, rigor y mucha naturaleza. 

En la trama, como sucedió entre finales del siglo XIX y mediados del XX, los ingleses Chapman (el gran protagonista, un dibujante en blanco y negro), Buck (bodeguero jerezano) y Riddell (pintor) desarrollaron una gran pasión por el Coto de Doñana, lo que les llevó a frecuentar la zona durante más de 40 años, e incluso a tenerla en régimen de arrendamiento durante otros 27.

Los pioneros de Doñana (1872-1959) ha sido presentado en el edificio de la Fundación Valentín de Madariaga, en un acto que estuvo protagonizado Jaime Bohórquez, autor del libro; Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana; y Luis García de Tejada Ricard, director general de la Fundación Valentín de Madariaga y Oya.

Jaime Bohórquez destaca de su libro los relatos “de las expediciones”

Ha comenzado la presentación García de Tejada agradeciendo la asistencia de los presentes, así como también se ha dirigido al escritor para mostrarle su agradecimiento por haber elegido el edificio ubicado en el centro de Sevilla.

Revilla, por su parte, ha hablado de los inicios del Parque Nacional de Doñana, que, en su momento, “empezó siendo un edificio, y luego una finca que se fue extendiendo a las demás fincas vecinas”. Así, siguiendo el hilo de una historia que se remonta a finales del siglo XIX, ha explicado que “Doñana es un lugar de cambios”, y ha instado a que, “como sociedad, debemos hacer algo para que esos cambios no sean a peor”, sino a mejor. “Hagamos que Doñana exista dentro de 100 años”, ha concluido.

Finalmente, el protagonista de esta ponencia y autor de la obra, ha iniciado su intervención contextualizando en el momento histórico en el que se enmarca su libro. “España perdió el monopolio del comercio con América y estaba a punto de perder sus colonias”, ha entonado Bohórquez, “pero en ese momento, en la baja Andalucía, Jerez prosperaba por el negocio del vino gracias al comercio británico”.

Así, los ingleses que en un principio solo buscaban ampliar fronteras comerciales, se quedaron a vivir y comenzaron a poner sus nombres en bodegas y empresas. Y ahí comienza la historia de Chapman y Buck, quienes, movidos por sus inquietudes naturalistas, no solo realizan innumerables visitas a Doñana, sino que también se interesaron por la sierra andaluza, su gente y sus costumbres.

“Este libro relata las expediciones, las relaciones sociales y familiares” de estos inquietos descubridores que, en sus cartas, llegaron a definir Doñana como “un paraíso en la tierra”, ha expuesto el autor de la obra.