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"El mensaje que uno recibe de Hollywood es terrible"

Glenn Close presenta en San Sebastián 'Albert Nobbs', de Rodrigo García, horas antes de recoger, "muy emocionada", el Premio Donostia a toda su trayectoria

La actriz Glenn Close (Greenwich, Connecticut, EEUU, 1947), ayer en San Sebastián.
Helena Box (Dpa) / San Sebastián

19 de septiembre 2011 - 05:00

Desde la fría abogada de Damages a la endiablada Cruella de Vil, pasando por mujeres temerarias como Axel Forrest en Atracción fatal o Isabelle de Merteuil en Las amistades peligrosas, ha dado vida a muchas y muy distintas mujeres. Y ahora encarna a... un hombre invisible. Glenn Close, flamante premio Donostia de esta 59 edición del Festival de San Sebastián, un galardón que recibió ayer durante una gala en el Auditorio Kursaal, cambia los corsés por vendajes que esconden su identidad en Albert Nobbs, la película que presentó ayer fuera de concurso.

Albert Nobbs se basa en el relato homónimo de George Moore sobre una mujer que se hace pasar por hombre para sobrevivir en la Irlanda del siglo XIX. Close ya interpretó al Albert sobre las tablas de Broadway en 1982, y la historia no dejó de rondarle la cabeza desde entonces, hasta que hace 15 años se decidió a llevarla al cine. "Estoy orgullosa de decir que ni un penique viene de Hollywood", afirmó la veterana actriz, que además de protagonizar el filme participa en su guión y lo produce. Para sacar adelante un proyecto tan personal fichó al colombiano Rodrigo García, con quien ya trabajó en Cosas que diría con sólo mirarla y Nueve vidas.

El momento más emotivo de la rueda de prensa tuvo lugar cuando un reportero preguntó a Close si el público volverá a escucharla cantar encarnando a Norma Desmond en Sunset Boulevard. Close sonrió y, para sorpresa de todos, se arrancó con un "Once upon a time...!" que desató un sonoro aplauso de los presentes. Aquella interpretación le valió numerosos premios, entre ellos un Tony, pero el Oscar se le resiste desde que fue nominada por quinta y última vez en 1989 con Las amistades peligrosas. Sin embargo, su papel en Albert Nobbs ya cotiza alto en las quinielas para la próxima edición, y Close no esconde que sería "maravilloso". Aunque también dijo que prefería no pensar demasiado en ello, ya que se considera "muy fatalista.

Albert Nobbs es "una historia de supervivencia", señaló la actriz, muy elegante con un traje de chaqueta y pantalón en tonos ocres. "En este mundo hay mucha gente invisible, y los problemas del protagonista podrían trasladarse perfectamente a la actualidad", añadió. "Hay personajes que permiten decir a la gente qué significa ser un ser humano". Por eso, resulta curioso ver a Close en la piel de esta señora frágil con atuendo de hombre, cuando su imagen está tan asociada a papeles de mujeres temerarias. Close sonríe: "Creo que la única villana que he interpretado es Cruella de Vil", dijo entre risas. "En realidad, muchos de mis otros personajes, como la marquesa de Merteuil, son sólo mujeres que subsisten en un mundo de hombres".

¿Sería más fácil lidiar con Hollywood siendo hombre? "Creo que un poco más sí, porque una vez que una mujer alcanza los 33 o 34 años tiene más problemas para que le den trabajo. No se hacen tantas historias sobre mujeres maduras con carácter", lamentó la actriz, de 64 años. En todo caso, ella ha conseguido mantenerse en primera línea. "En esta profesión es peligroso hacer cosas por dinero. Uno debe ser fiel a sus decisiones y seguir marcándose retos", ése es, dijo, su secreto. Y añadió: "Hay actores que se toman muy en serio su trabajo y son muy conscientes de su talento. El problema es que el mensaje que uno recibe de Hollywood es terrible". Por ello, por la dificultades que han sido vecidas, se declaró "muy emocionada" con el Premio Donosti que recibiría más tarde.

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