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In memoriam

Nos seguiremos viendo

  • Homenaje a Ángel Gómez Aparicio

Repaso sus últimos mensajes y recupero fotos compartidas junto a músicos y amigos, cariñosas felicitaciones navideñas, minicrónicas de conciertos, mensuales envíos del DownBeat y un interminable cruce de recomendaciones musicales y literarias en las que armonizábamos unos menús culturales donde me encanta encontrar tantas analogías en fuentes y criterios. Mis visitas a la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía siempre se iniciaban con una sonrisa y un abrazo ante su mesa para pasar rápido, casi sin espacio para el protocolo social, a un urgente diálogo con ráfagas discográficas o bibliográficas –con jazz y narrativa norteamericana en el epicentro– superpuestas de forma apresurada, entre brillantes miradas ansiosas por encontrar la recíproca aprobación.

Ángel Gómez Aparicio Ángel Gómez Aparicio

Ángel Gómez Aparicio / Agata Romero (Sevilla)

En realidad, era siempre yo quien más escuchaba, intentando retener sus ágiles descripciones, propias de un catador todoterreno que exprimía y disfrutaba con pasión y lucidez de su personalidad ecléctica y exploradora. La misma que impulsaba su vida y que lo hacía pasar conforme lo ibas conociendo de aquella figura de erudito musical cuyo conocimiento y juicio te impresionaban en los primeros encuentros a esta persona de largo recorrido, cercana, generosa y vitalista, encantada de compartir una larga tarde y –cuando los años nos lo permitían– un buen habano dialogando sobre luces y sombras vitales, sobre Pablo, Salvador y un Ignacio necesitado ahora de muchos brazos abiertos. Aunque la distancia geográfica y la ausencia de respectivos carnets de conducir nos mantenían alejados, él siempre estaba cerca. En realidad, lo sigue estando, incluso ahora que se acaba de marchar. Quizás más que nunca. En esos lugares invulnerables que son la memoria, la música y la literatura. Eso sí, duele mucho saber que el amigo y el crítico jazzístico con mejor pluma y del que más he aprendido no podrá volver a decirme –como hizo en su último mensaje– “si quieres algo, pide. Nos vemos”. Nos seguiremos viendo, Ángel.

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