El nombre del argentino Claudio Tolcachir se ha convertido en sinónimo de calidad, de excelencia teatral, de riesgo, de historias de vidas llevadas al límite y, también, de impresionantes interpretaciones por parte de sus actores.
Dos años lleva de gira la obra que disfrutamos anoche. El amor virtual a través de internet: una relación que se ha convertido ya en cotidiana para varias generaciones. Dos chicos, hombres, se conocen por las redes sociales y comienzan una amistad que pronto se convertirá en amor.
La empatía entre actores y público es inmediata. ¿Quién no ha tenido un amor en la distancia? ¿Quién no ha necesitado la compañía del otro aún cuando sabía de sobra que nunca se encontrarían?
Tolcachir, como autor y director, ha retratado de manera entrañable los miedos de cada uno de los personajes. Ha demostrado inteligencia al llenar sus parlamentos de ‘lo que pasa en la calle’ que diría el Juan de Mairena de Machado. De esta manera, el personaje que interpreta Lautaro Perotti es un argentino que (mal) trabaja en un hospital de Australia y Santi Marín da vida a un actor español de telenovelas con cierto éxito e hijo de un político corrupto.
No hay sexo en el trozo de vida que nos cuenta Próximo, es extraño porque son jóvenes y sanos. Pero lo realmente subyugante de esta propuesta es la forma en que se realiza. Los actores, sometidos a una férrea disciplina, hablan con sus portátiles y sus teléfonos sin dirigirse a su compañero. Transmiten, en una verdadera comedia romántica, un amor tan sonrojantemente bello que emociona y levanta el ánimo aún intuyendo su final.
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