El 'soul' según Patricia Kraus
Hija del famoso tenor y protagonista de una trayectoria con numeros cambios de rumbo, la cantante presenta hoy en el Cicus su último proyecto, Vintage Fun Club
Patricia Kraus, hija del famoso tenor Alfredo Kraus, nacida en Milán en 1965, heredó de su padre unas cuerdas vocales con magníficas dotes para el canto, pero no la pasión por el repertorio operístico, como ha reconocido en alguna ocasión. Aunque desde los 9 años recibió clases de la soprano Lina Huarte y el propio Kraus, pronto se sintió más atraída por "la música moderna". Desde aquellos primeros contactos con la música hasta ahora mediaron varios giros notables en su carrera que la llevaron de tantear los registros del pop-rock a coquetear con los sintetizadores. También, una participación en el festival de Eurovisión, en 1987 con el tema No estás solo, y otro contacto con el mundo de la televisión a través del programa Operación Triunfo, de cuya academia fue profesora.
Esta noche, a partir de las 22:30 (entrada libre hasta completar aforo) actúa en 21 grados, en la calle Madre de Dios, sede del Centro de Iniciativas Culturas de la Universidad de Sevilla (Cicus), organizador de este ciclo estival. En su escenario comparecerá Kraus para presentar su último proyecto, Vintage Fun Club, que representa una nueva vuelta de tuerca a una trayectoria tan ecléctica que sugiere una inacabable búsqueda de identidad. La virtuosa vocalista se ha inspirado ahora en el universo del jazz y el soul, o como proclamaba intregradora y con perspectiva militante Nina Simone, la música clásica de los negros. Versiones de la citada cantante, uno de los gargantas míticas de estos géneros, junto con homenajes a otros gigantes de esta vastísima tradición, como Ray Charles, Aretha Franklin o Billie Holiday, integrarán buena parte del repertorio.
Alma, un disco que publicó en 2007, abrió este nuevo camino en la carrera de Patria Kraus. Hasta entonces, y después de una etapa inicial en la que publicó tres trabajos en la línea de cantautoras rockeras como Mercedes Ferrer o la primera Luz Casal, se había mostrado interesada por los sonidos electrónicos y por una inquietud abierta a cierta experimentación y a probar constantemente nuevos registros. A mediados de los 90 grabó, en colaboración con Daniel Assante, dos álbumes: Batería y voz en dos movimintos, que como su propio título indica consistía en un dúo de percusión y canto; y Atlanterra, en el que empezó a probarse en las texturas electrónicas.
En otro capítulo de su andadura, con el grupo Wax Beat, siguió moviéndose en esas mismas coordenadas. Por aquellas fechas, a finales de los 90, la vocalista se declaraba fascinada con el trip-hop, el jungle y el sonido "conceptual o metafísico de Portishead, Morcheeba y The Prodigy", formaciones que atraparon a Kraus por su utilización de la "atmósfera" para invitar al oyente a alcanzar "el trance".
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