La actuación de Ricardo de Burgos Bengoetxea y, sobre todo, la de González González en el VAR, centraron el foco en la derrota del Betis ante el Madrid. Ni más ni menos, una actuación similar a lo que lleva sucediendo y sucederá siempre en el fútbol español por los siglos de los siglos... Pero el análisis del encuentro dejó otras cuestiones, y la primera, al menos en cuanto a sensación en pretemporada y en lo que va de Liga, es que el Betis tiene entrenador.

Manuel Pellegrini ha conseguido despertar esa ilusión apagada en los dos últimos años y el bético acabó el choque ante los blancos con una mezcla de impotencia por el arbitraje y a la vez identificado con su Betis, y con ganas ya de que llegue el encuentro ante el Getafe, en el Coliseum, el próximo martes. El Ingeniero le ha cambiado la cara al conjunto bético en este arranque del curso, pero el camino es largo y éste no tiene una varita mágica. Queda tiempo en el mercado y necesita mimbres. Sobre todo, un lateral izquierdo, lo más urgente, como ya el chileno ha dejado claro en la sala de prensa. Quizá necesitaría algunas piezas más, como un central de más nivel, desborde en las bandas, un medio centro y si sale Loren, el mejor delantero de los tres actuales, hasta un refuerzo más ahí. Pero para todo ello haría falta dinero, dinero que no hay por la crisis económica creada por el coronavirus, más el hecho de quedar en el puesto decimoquinto el curso pasado fruto de una mala planificación.

Así es complicado acudir al mercado, pero es el momento todavía de ver en acción a Antonio Cordón. Su trabajo invisible es muy bueno en el día a día, en la ciudad deportiva, generando una aureola y un clima de trabajo formidable para que los jugadores sólo estén centrados en el fútbol, pero el Betis necesita de su conocimiento para reforzar al equipo todavía más y más de verdad. Es su hora. Parece que hay entrenador, denle lo que necesita. Denle mimbres a Pellegrini.