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Análisis

Rogelio Velasco

Desigualdades en renta, consumo y riqueza en la crisis

La crisis económica que arrancó en 2008 y terminó en 2013 generó un aumento de las desigualdades tanto en riqueza como en renta, medido por el crecimiento del PIB. Fue un proceso generalizado en todos los países de la OCDE. El Banco de España ha actualizado recientemente la información relativa a nuestro país en un amplio trabajo.

Medida por el índice estándar de Gini, España es uno de los países en donde más creció la desigualdad durante el periodo de crisis. Sin embargo, a pesar de las noticias recurrentes que aparecen en los medios, esa mayor desigualdad en renta no ha estado provocada por un incremento en la dispersión salarial sino, en gran medida, por el enorme aumento de la tasa de desempleo y por la disminución del número de horas trabajadas por los empleados con menores salarios. En este grupo se encuentran los mileuristas, que en muchos casos detentan empleos a tiempo parcial, por horas, con una gran flexibilidad y reducida retribución.

De hecho, las diferencias salariales entre las personas que trabajan por cuenta ajena no son especialmente elevadas en nuestro país cuando se las compara en un contexto internacional. Además, esas diferencias no crecieron durante la crisis.

La desigualdad en España no es, sin embargo, tan desfavorable cuando se considera como variable de análisis la renta bruta total de los hogares, en donde se incluye no solo los salarios, sino también las pensiones de la unidad familiar. Las pensiones han mostrado durante todo el periodo referido, una evolución más positiva que los salarios.

A esta menor desigualdad contribuye en nuestro país, con relación a la media de la UE, el mayor tamaño medio de las familias, debido a la emancipación tardía de los jóvenes, lo que posibilita la obtención de varias rentas que se acumulan en la misma unidad familiar.

Respecto de la desigualdad en el consumo por habitante, aumentó, sobre todo, por las notables diferencias en el consumo de bienes duraderos (automóviles, electrodomésticos, etc.), pero escasamente por el consumo de bienes corrientes. Globalmente considerado, las desigualdades en el consumo son menores que en la renta.

También aumentó durante la crisis la desigualdad en riqueza. La razón fundamental estriba en la mayor capacidad de ahorro de las rentas altas. No obstante, este tipo de desigualdad es moderada en nuestro país con relación a la UE. Como en España la mayoría de las familias tienen su riqueza acumulada en la vivienda, el peor comportamiento del precio de estas y de los alquileres, contribuyó a una peor distribución de la riqueza, dado que las rentas más altas tienen riqueza acumulada en forma de activos financieros, cuyos precios han tenido un mejor comportamiento.

La fuerte creación de empleo, aun con salarios bajos, durante la recuperación, debe contribuir a una reducción de la desigualdad en renta durante este último periodo. Igualmente, la recuperación del precio de la vivienda y de los alquileres, están contribuyendo a una reducción de la desigualdad de la riqueza.

Esto representa una evolución positiva para la economía, porque hará más sólida la recuperación y la política fiscal tenderá un mayor impacto positivo sobre el crecimiento.

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