Se llama Yelena Osipova y es una artista y activista rusa de 77 años que nació y sobrevivió al cerco nazi de Leningrado, la actual San Petesburgo, y que ahora ha sido detenida en esa misma ciudad por la policía rusa por manifestarse en contra de la invasión de Ucrania, una guerra para liberar a ese país de los "nazis" en palabras de su gobierno.

Ver a esa anciana con sus pancartas en medio de la manifestación en San Petesburgo detenida es una de las imágenes que da que pensar. Ser arrestado por sostener unas pancartas en contra de la política de tu país por la represión existente, hace valorar más la situación en la que nos encontramos en otras partes del mundo.

No es muy reconfortante ver cómo en ese momento nadie hace nada por impedirlo, como tampoco lo es el hecho de que en una ciudad de casi cinco millones de habitantes, se manifiesten en contra de la invasión rusa unos pocos miles.

Hasta ese punto llega el control del gobierno de Putin sobre una Rusia que no es tan lejana a la URSS que vimos desmoronarse en unas pocas horas. La bandera y poco más. Detrás de la fachada hay un régimen autocrático y casi stalinista.

Un régimen que detiene a mayores que se manifiestan, pero también a niños. Las imágenes de Osipova han dado la vuelta al mundo, pero las de los cinco pequeños que acabaron en el calabozo por llevar flores con sus madres a la embajada de Ucrania en Moscú, tampoco se han quedado atrás. Quizá no fue la mejor idea de esas madres, pero los policías no lo dudaron. Primero pisotearon las flores que habían depositado, les amenazaron con dispararles y les detuvieron sin ningún miramiento. Así se las gastan.

No deja de sorprender con estos actos en su propio país, que las autoridades ucranianas se sienten en una mesa ¿a negociar? con los rusos con declaraciones previas que les advierten "lo peor está por venir"

¿Qué clase de conversaciones se puede llevar a cabo con alguien que pone una pistola encima de la mesa para sentarse a hablar?

Desconozco el contexto histórico en el que JFK dijo que “Nunca debemos negociar por miedo, pero nunca debemos tener miedo de negociar”, tendría su aquel que fuera durante la crisis de los misiles cubanos, pero a los líderes ucranianos es la mejor opción que les queda ahora.