FERIA Toros en Sevilla en directo | Cayetano, Emilio de Justo y Ginés Marín en la Maestranza

No ha sido una miniserie redonda, por momentos lenta y sin embargo con un desenlace que merecía más detenimiento, pero sí ha sido una producción cuidada (Boomerang es siempre garantía). A Mediaset le venía fallando el flanco de la ficción y empiezan a notarse signos de remontada, inevitable ante Atresmedia y una TVE que aún ha de subir unos cuantos escalones para volver a su sitio.

El padre de Caín es notable. Salvador Calvo, el director de moda, volvió a tirar de oficio y de su experiencia de tv movies de hechos reales como Niños robados para esta parábola en el meollo de la lucha contra ETA que algunos quieren interpretar como una justificación del GAL dado el novelista ocasional (Rafael Vera) adaptado. El trabajo de los actores, en un casting bien atinado, terminó de dar solidez a este proyecto difícil de narrar y complicado de encajar en estos momentos. Papeles desgarrados y delicados los de Oona Chaplin, Aura Garrido y, sobre todo, Quim Gutiérrez. Un pipiolo como Patrick Criado, pese a sus pocas escenas, sigue impactando por su fuerza expresiva. Y dos secundarios como Patxi Freytez y Luis Zahera forjan dos impagables guardias civiles venidos de vuelta.

Entre tanta memoria histórica interesada, repuntes de negacionismo y reconciliación en falso, vienen bien revisiones de nuestra historia reciente como este Padre de Caín al que deberían proseguir otros relatos, si se atreven nuestras cadenas. Telecinco, que históricamente ha sido líder en Euskadi, ha tenido este riesgo al que ha correspondido el público con su interés. Eso de reírnos con los vascos en Allí abajo está muy bien, por supuesto, pero también es aconsejable, incluso necesario, no dejar en un olvido indecente la tragedia que empapó España durante la transición y hasta bien entrado este siglo a costa del salvajismo abertzale. Los yayos se dedican en Cataluña a quemar la Constitución, como hacen en la desprestigiada TV3. Habría que recordar lo mucho que costó asentar esta democracia y honrar a quienes murieron por ella.

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