Escribí sobre el programa Hora punta hace un año y hoy siento la necesidad de volver a hacerlo porque me resulta el caso más incomprensible que hay ahora mismo en televisión. Y más tratándose de un formato que se emite en la cadena pública de nuestro país. Intento evitar el programa de Javier Cárdenas pero últimamente resulta complicado porque por fin La 1 ha conseguido una parrilla nocturna que salvo algunas excepciones merece la pena. Operación Triunfo, Masterchef Celebrity, Estoy Vivo y El Ministerio del Tiempo (una pena que terminase el miércoles pasado) componen una programación de calidad que aporta entretenimiento y merece la pena ver. El problema es que tienen como telonero a Cárdenas, algo que hace que el horario de comienzo de emisión de estos formatos sea muy tardío y que obliga a que cuando se pulsa el 1 en el mando para esperar su comienzo haya que tragarse los últimos minutos de un espectáculo esperpéntico. Empiezan pasadas las diez y media de la noche y es imposible aguantar despierto hasta que finalicen. Además la sensación al comenzar a verlos es de enfado por la indignación que provoca Hora punta. Un claro ejemplo de cómo perjudica a otros formatos es el de los datos de audiencia de las dos primeras galas de Operación Triunfo. La gala de presentación comenzó a las diez y diez de la noche. Ese día La 1 decidió no emitir Hora Punta. La segunda gala comenzó pasadas las diez y media porque tuvo por delante a Cárdenas. La audiencia del talent musical bajó de una semana a otra y resulta muy significativo cómo el día que tuvo como predecesor a Javier tuvo que ir remontando conforme pasaba la noche. OT comenzó con un 9% de cuota y peleó hasta llegar a un 15'9%, quedando por detrás de La que se avecina.

¿Por qué RTVE no retira un programa que no enriquece, que no aporta nada bueno y que la mayoría de espectadores no acepta? El último tramo del programa ayuda a que La 1 tenga unos datos de audiencia dignos en el prime time (el horario de máxima audiencia para las cadenas, el que componen sus programas estrella). Pero esto no es porque a los espectadores les guste el programa. Es porque no queda otra que ver el final para no perderse el inicio de lo que va después. De hecho el primer tramo del formato cuenta con menos espectadores. A esto hay que añadir que la mayoría de comentarios que se vierten en redes sociales sobre el programa son negativos, sobre todo los que tratan sobre su horario y su presentador. No hay que dudar del trabajo que hace el equipo para que cada día salga adelante pero la serie de despropósitos, malas preguntas y descalificaciones que lanza Cárdenas son indignantes. Resulta triste que un programa emitido en una cadena que sostenemos los españoles solo se mantenga por pura estrategia de datos de audiencia. La calidad, el tono, los contenidos, el presentador y algunos de los colaboradores no merecen esta oportunidad.

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