La ventana
Luis Carlos Peris
A ver qué nos espera
Será en este mediodía de domingo cuando se dé el pistoletazo de salida para la fiesta más desenfrenada que ha inventado el hombre. Quizá el Carnaval de Río de Janeiro no le vaya a la zaga, pero es indiscutible la desmesura que reinará en la austera Pamplona desde hoy. El tradicional chupinazo desde el balcón consistorial señala el zafarrancho festero más exagerado que conocemos y todo se disparará a partir de esa señal para convertirse en una semana en que Pamplona se quita su imagen austera para un desfogue de todos los sentidos sin atadura alguna. Y esta fiesta de los sanfermines tiene en el encierro de los toros que se lidian por la tarde el motivo principal por mucho que el sectarismo supremacista del actual gobierno pamplonica se haya empeñado en ocultarlo. Hubo una vez en que se llegó a insinuar que prevaleciese el encierro, pero sin corrida vespertina, estupidez que, de momento, no ha prosperado. Y digo de momento porque de los caprichos de la izquierda puede esperarse cualquier cosa.
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