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DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Análisis

Jesús Alba

Y nos perdimos el gol de Maradona, Manuel

El estadio tronó mientras aparcábamos el coche; sabíamos que íbamos tarde, pero no tanto

El estadio tronó a gol mientras aparcábamos el coche. Sabíamos que íbamos tarde, pero no tanto. En tu Fiat Tempra, entre palmas e incienso quemado, delante, dos talentos que se quedaron en el camino y que pudieron comer del fútbol. Atrás, el Cucu padre y yo. No podía haber expedición más flamenca. Y eso que yo no era ni lo uno ni lo otro, ni futbolista ni gitano. Aparcamos a tu manera, desafiando con la fuerza de tus brazos las leyes de la Geometría, de la Física y de cualquier ciencia empírica. Igual pasaba cuando sacabas de banda.

El gol de Maradona al Sporting de Gijón al que nunca asistimos se me quedó grabado y se me aparece ahora por las noches entre borbotones de recuerdos. La paró con el pecho, Manuel, le dio dos pataítas de espaldas a la portería y se giró y la clavó. Desde un rincón de Gol Sur, en la Curva Pelusa -luego Scotta- inconfundible por los tifos del Mateos, no vimos repeticiones, pero, sin móviles, éramos igual o más felices. O eso nos parecía. Y además, que era verdad.

A Enrique, que jugaba en el Sevilla y había sido compañero de Cañizares, Paco Jémez, Sergi y Chapi Ferrer en la selección española juvenil, se le fue apagando la estrella del fútbol mientras aún hoy sigue sorteando las criminales entradas de la vida. Tú lo tuviste claro. Cuando el Betis te quiso ceder al Coria te salió un trabajo en Tabacalera con pinta de ser para toda la vida. Al carajo el fútbol y a jugar en el pueblo, con tu gente.

Entre chicotá y chicotá de tu Tempra, al que hacías andar casi igual de bien que al Manué en la entrada en Campana, y entre puñaíto y puñaíto de incienso a la guantera, con nosotros iba el Señor de la Salud y hasta se arrancaban con música el Cachorro y el caído de San Vicente. Y, por supuesto, la Señora de las Marismas.

El gol nos lo perdimos, pero dile al Diego que te lo cuente, Manuel. Nosotros aquí seguiremos soñándolo con tu imborrable recuerdo cosido a él.

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