Análisis

juan antonio solís

Un trío de este mundo

En las altitudes donde juegan Djokovic, Nadal y Federer falta oxígeno y sobran las banderas

En esas altitudes falta el oxígeno y sobran las banderas. Djokovic y Federer no fueron ayer de Serbia y Suiza, sino de este mundo. Aunque a veces, pareció que no lo fueran. Porque no pareció humana la resistencia física de un hombre que en menos de un mes cumple 38 años, como es el caso del gentleman helvético, ni tampoco la fortaleza mental del balcánico, que hace un año y medio tenía el codo destrozado y desde entonces se ha llevado todos los grandes salvo los que se juegan en el reino de Nadal. Y Nole tampoco es ya un pipiolo. Cruzó 32 primaveras. Pero apretó para volver a la cima y una vez en ella, ha defendido su estatus como un león: ganarle tres muertes súbitas a ese témpano que es Federer, y aguantarle dos bolas de partido distinguen, sí, una fortaleza mental que, como la de Nadal, parece sobrehumana.

Pudiera parecer que al tratarse de un trío, son unos elegidos pero menos. Que al dividirse el pastel de la gloria y perder su condición de únicos, no son tan rabiosamente extraordinarios. Pero lo son. Lo que ocurre es que han coincidido en el tiempo y las condecoraciones hay que repartirlas, como ocurre con Messi y Cristiano. Y nosotros, los apasionados del deporte, que nos congratulamos de ello y lo disfrutamos.

Cuando el quinto set se encaminaba al novedoso tie break final, mi compañero Samuel Silva lo bordó: "Que paren el partido y le den el título a los dos, no se puede jugar mejor". Que uno acabara subcampeón parecía una injusta ordinariez.

En un guiño del destino, la rompedora muerte súbita tras el 12-12 de la quinta manga llegó a las 4 horas y 48 minutos de partido. Justo el tiempo que duró aquella final londinense de 2008 entre Federer y Nadal, que parecía irrepetible. Hoy, entre cafés, la gente discutirá cuál de las dos honró más al tenis. Ojalá todas las discusiones fueran tan sanas. Si debaten, olviden las banderas. Los tres son de este mundo. Aunque no lo parezcan.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios