Luis Carlos Peris

Adiós a Riverita, un torero de culto

Riverita debutó en la Plaza de Toros de Sevilla en 1965.

Riverita debutó en la Plaza de Toros de Sevilla en 1965.

Fue una inesperada y sorprendente aparición el debut de Riverita en la plaza de toros de Sevilla un 23 de mayo de 1965. Una novillada en la que la expectación la acaparaba el muy publicitado José Luis Caetano, pero que fue anulada por la artística actuación de José Rivera Pérez, natural de Barbate, hijo del ex novillero Antonio Rivera y que se anunciaba como Riverita. Fue en una novillada de Díaz Tresgallos para José Luis Caetano, José Luis Teruel “El Pepe” y nuestro hombre, José Rivera “Riverita”.

Era una temporada de gran cosecha novilleril, pues a estos nombres había que añadir los de Curro Limones, Rafael Astola, José María Susoni, El Monaguillo, Pepe Luis Segura, Pedrín Benjumea, Manolo Sanlúcar, José Luis Capillé, Rafael Roca… Todavía andaba Paquirri, su hermano menor, en tareas de aprendizaje por los pueblos y aún faltaba un año para que debutase en Sevilla junto a su hermano José.

Este viernes fallecía en Cádiz Riverita y hora es de que se le dé la importancia que tuvo en el mundo del toro y, sobre todo, la que pudo tener de no habérsele cruzado en su vida el negro toro de la carretera. Un accidente de tráfico cuando viajaba con su apoderado, Paco Ortega, le ocasionaba una conmoción cerebral que hizo que su vida peligrase y que virase de tal forma que hubo un antes y un después del accidente para José Rivera Pérez. Pero en aquella segunda mitad de los felices sesenta, Riverita fue la gran esperanza para los taurinos que gustaban del toreo de arte. Y es que si su hermano fue el conocimiento y el poderío, José reunía todas las esencias que se esperan de un torero con vitola de artista.

En Sevilla toreó bastante y, tras su cumbre en la tarde del debut, vino la apoteosis, tan recordada, del 8 de mayo de 1966. Con toros de Núñez se anunciaban Riverita, Tinín y Paquirri, que había franqueado la Puerta del Príncipe en su debut, una semana antes. Fue la tarde en que José Manuel Inchausti “Tinín”, recientemente fallecido, no obtuvo el permiso de la presidencia para salir por el Paseo de Colón a pesar de las tres orejas cosechadas. Todos cortaron orejas aquel día, pero para el aficionado auténtico se quedó en la retina y en la memoria cuanto hizo Riverita.

Tomó la alternativa en El Puerto el 1 de septiembre de 1967 con un cartel de lujo, pues se la dio el poderoso Miguel Mateo “Miguelín” en presencia de ese torrente de valor y de gracia que fue Diego Puerta., pero dos semanas antes se encerró en la Maestranza en solitario con una novillada de Juan de Dios Pareja Obregón. Con la plaza hasta la bandera, las cosas no salieron como se deseaba y sólo una oreja fue a parar a las manos de José.

Su última tarde con cartel de lujo en Sevilla fue testificando la alternativa que Curro Romero le concedió a Rafael Torres el Domingo de Resurrección de 1970. Cortó oreja y fue el triunfador de la tarde, pero su estrella empezó a languidecer entrando ya en carteles de menos categoría, siendo su adiós a Sevilla el 14 de abril de 1971. Se lidiaron toros de Guardiola para el rejoneador Antonio Ignacio Vargas, Riverita, Antonio Rojas y Marcelino.

Aunque Paquirri intentó constantemente sacarlo a flote, José ya estaba encerrado en su mundo, ese mundo que tanto le cambió en aquel malhadado accidente con su apoderado. Sin embargo era mucho el faro en el que se miraba toda la familia Rivera. Tenía fama de bohemio, desprendido y desenfadado, y todo parecía el escudo con el que se defendía de la pena que suele dar lo que pudo ser y no fue. Descanse en paz un torerazo que fue de culto mientras duró.

 

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