AHORA que se celebra la reaparición en las ondas de Carlos Herrera, un servidor de Dios y de usted sigue echando de menos una voz que le da categoría a los medios audiovisuales. Bienvenido Carlos a la cita diaria, pero somos muchos los que celebraríamos otro retorno para que ese páramo mediático tan rico en mediocridad contase con un oasis más. Se trataría de recuperar la figura de Jesús Quintero, ese orfebre de la palabra tan desaprovechado en estos tiempos que corren. Me lo encontré la otra tarde y en el tiempo que duró la charla pude constatar el lujo que supone no rentabilizar la brillantez de este mago de las ondas. Parece como si estuviéramos sobrados de profesionales de este calado y como si la cantidad de basura que se vierte a cualquier hora de cualquier día fuese lo único que los mandarines televisivos y radiofónicos son capaces de darnos.