CUANDO la cosa está como está resulta un sarcasmo que en vez de remar todos en la misma dirección se disponga la cosa para cantar un aleluya como el que cantaba el gran Cantinflas en El Padrecito. Nunca jamás nada tan desafinado como aquella oración cantada por el genial cómico azteca y por ahí van las cosas en este país de garbanzos que tanto queremos y que tanto nos da que sufrir. Rajoy propone una política de indudable dureza para la difícil intentona de salir de este tiempo de vacas flaquísimas y de fruta verde que te quiero verde, pero en esta Andalucía nuestra se propone seguir por el mismo camino que nos llevó al despeñadero. Desde ese frente creado tras la derrota en las urnas hubiera sido más lógico apoyar una política consensuada y no hablar de seguir echando arena en los cojinetes. No sé, quizá sea Griñán el que tenga razón, pero lo cierto es que los antecedentes no ayudan a creerlo.