La ciudad y los días

carlos / colón

Altura universitaria

ERA necesario que la universidad desembarcara en la vida política para elevar su nivel, dignificar su discurso, abordar cuestiones complejas y analizar la realidad política, social y económica con los últimos métodos que las ciencias sociales hayan afinado en los reflexivos y sabios departamentos de nuestras eximias facultades. Era necesario, incluso urgente, dar a la vez altura y hondura universitaria al debate político, sustraerlo de las manos de la casta de politicastros sin formación académica rigurosa.

Afortunadamente llegó el profesor Pablo Iglesias, que tanto se cuidaba de recalcar que lo era en sus muchas intervenciones televisivas, faltaría más, para dar este barniz de rigor académico a nuestra política. Valga el último ejemplo. En el marco de unas conferencias organizadas en la Universidad Complutense de Madrid ha definido la evolución de su partido tras el palo de las últimas elecciones como "dejar de ser partisanos para ser un ejército regular"; añadiendo, para expresar su estado de ánimo en este proceso: "Eso me impresiona. Incluso me acojona". Sobre sus relaciones con IU ha manifestado que "de momento hay buen rollo". Y con respecto al futuro de su formación ha dicho: "Puede ser que ganemos las elecciones en cuatro años o que nos demos una hostia de proporciones bíblicas. Las dos cosas son perfectamente posibles en este momento porque es lo que tiene la política, que te puede ir bien o mal".

¿Comprenden lo que el desbordarse de nuestra universidad sobre la sociedad, como si fuera un Nilo que la fecunde, aporta al discurso político? Acojonado, buen rollo, una hostia de proporciones bíblicas. Habrá quien lo encuentre vulgar y hasta grosero. ¡Estrechos de mente! No valoran el democrático e igualitario esfuerzo para conectar con la calle, para hacer asequible a todos lo complejo y divulgar la más alta ciencia política. En cuanto a la conclusión que el profesor universitario Iglesias extrae de su paso de la teoría política a la política real, de las aulas a las calles y las instituciones, es, sencillamente, iluminadora: "Es lo que tiene la política, que te puede ir bien o mal".

Lean esta frase detenidamente, sin dejarse llevar por los prejuicios que les inducirían a compararla con los tópicos que sueltan los futbolistas sudorosos tras perder un partido ("el fútbol es así"). En política "te puede ir bien o mal". Asombrosa aportación. Alma Mater floreat quae nos educavit.

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