UNO diría que lo único que debería sonar en Santa Clara son rezos y canto de pájaros. Y que si fuera víctima de la desamortización cultural que, por obra de la propia Iglesia, afecta a templos consagrados (Catedral, Salvador) y conventos abandonados, deberían sonar sólo polifonías, violas da gamba, flautas de pico, laúdes, bombardas, sacabuches, trompetas, trombones, fagotes, violines, violonchelos, órganos y cuantos instrumentos hicieron la gloria de la música antigua. Pero no bandas procesionales. No porque sean mejores o peores, sino porque no es su sitio. ¿Y cómo se decide el uso adecuado de un convento abandonado por la Iglesia? Pues combinando conocimiento de la historia, sentido común y sensibilidad.

Si los andalucistas hubieran propuesto Santa Clara como local de ensayo de bandas se les habría reprochado la reducción localista de la cultura a lo tradicional y folclórico. Si lo hubieran hecho los populares se les habría acusado de abuso capillita, conjura de gomina y hasta imposición nacional católica. Pero como quien lo ha hecho es el señor Espadas, candidato del PSOE al Ayuntamiento de Sevilla, la alquimia partidista ha transformado en progresista lo que de haber sido propuesto por otros habría sido jibarización folclórica o integrismo capillita. Y allá que se ha lanzado la delegada de Cultura a defender la propuesta como "una excelente idea, compatible y coherente con el proyecto cultural del Ayuntamiento de Sevilla" que "encaja perfectamente con la filosofía de un espacio cultural abierto".

Ese "proyecto cultural" y esa "filosofía" deben emanar del marxismo de camarote de Groucho en la variante local del "¡no te cabe ná!". Porque la Delegada pretende meter en el "nuevo centro cultural del convento de Santa Clara", además de las bandas, exposiciones, conciertos, debates sobre creación literaria y poética, bibliotecas y archivos especializados, espacios de ensayos, la Casa de los Poetas, el Centro de Músicas Históricas, el Festival de Música Antigua, la Orquesta Barroca de Sevilla, el Legado Manuel Castillo, la Fundación Mario Maya, el Archivo Rafael Cansinos Assens, el Coro Barroco, la Asociación de Periodistas Culturales y la Orquesta Bética Filarmónica. Y si sobra sitio, también cuarto y mitad de "nuevas tendencias y nuevas influencias".

Electoralmente angustiado, el PSOE está actuando como esas candidaturas a junta de gobierno que hacen la pelota a los costaleros, que suman cinco o seis cuadrillas de las antiguas; y a la banda que, como dice un amigo, ocupa ella sola en la carrera oficial el lugar que antes ocupaban dos cofradías.