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Campaña de la época de Bobby Deglané para captar internautas

LAMENTO pronosticar que la partida municipal de 3.000 euros destinada a producir carteles, folletos y bolsas reciclables para promocionar las compras en los pequeños comercios y mercados del casco antiguo, pasará a engrosar el enorme depósito de buenas intenciones y gestos de cara a la galería que Sevilla tiene repleto hasta los topes para reciclarlos y tejer un tupido velo. Estamos en el año 2011 y la acción que se ejecuta para captar a la población que menos va a esos locales, los sevillanos de 20 a 40 años, y mejorar así la competitividad de pescaderos, lencerías, tiendas de informática y demás vendedores de proximidad, respecto a las grandes superficies y a los silenciosos chinos, es sobreimpresionar en una foto del barrio la frase Tu Barrio (o Tu Mercado), Tu Centro de Compras, y convertirla en cartel que sólo verán los clientes de siempre. O en bolsa que se entrega en el mercado a quienes ya saben de sobra qué les depara el lugar en el que se aprovisionan. Apañados vamos si ésta es la alternativa política y el espíritu de modernización para el tejido comercial de un barrio.

Esta iniciativa de IU hay que adscribirla al capítulo preelectoral y al Vamos a llevarnos bien, para intentar congraciarse con los pequeños grupos de interlocutores (placeros, comerciantes, etcétera) que tienen ascendencia sobre sus iguales y propagan con facilidad echarle siempre la culpa a la restricción del tráfico de sus descensos en las ventas. Lo vienen haciendo desde que se inventaron los supermercados. Han puesto en su casa la TDT pero no han probado a conectar su pyme con su vecindario creando una base de datos e interactuando con ellos en el juego de oferta y demanda a través de redes sociales. Para que en cuatro zancadas se planten ante su mostrador.

También son anacrónicos los estándares de calidad del tráfico y de los aparcamientos en Sevilla. Pero la supervivencia del frutero o de la mercería depende muchísimo más de algo de lo que no se suele hablar: tienen que incorporar sí o sí a las nuevas generaciones. Voy al mercado una o dos veces por semana, y casi nunca hay una sola persona de menos de 35 años. Esos internautas que reciben por sms y por e-mail avisos de ofertas, gangas y promociones de todo tipo procedentes de las macroplataformas de venta. A los que los grandes almacenes felicitan el cumpleaños y la onomástica. Y que tienen la costumbre de huir el sábado de su barrio para comprarlo casi todo en la periferia, además de hacer pedidos a través de las páginas web.

Todos los periódicos sevillanos han publicado infinidad de reportajes para reflejar las iniciativas de licenciados universitarios que desarrollan interesantes aplicaciones de comercio electrónico para internet y telefonía móvil. Pero se ve que los políticos sólo se fijan en las noticias de políticos y no se enteran del talento local que surge de las incubadoras de empresas que subvencionan y que buscan oportunidades como ésta. ¿No hay mal que cien años dure?

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