POSEEDOR indiscutible de la excelencia del arte de escribir y con la valija repleta de talento, Mario Vargas Llosa es reconocido por la Academia Sueca tarde, demasiado tarde por mucho que nunca sea tarde si la dicha es buena. Le llega tan tardíamente el Nobel que muchos acogieron la noticia con sorpresa. ¿Pero no se lo habían dado ya? fue la pregunta que antier se debieron hacer muchísimos terrícolas estupefactos por el tardío reconocimiento a este grandioso engarzador de palabras. Desde que la noticia partió de Estocolmo, ríos de tinta se han vertido sobre lo justo de un premio que llega tan tarde como oportunamente. Con retraso para el premiado y muy a punto para el idioma en que se expresa. En estos tiempos en que los padres de nuestra patria utilizan traductores para hacerse comprender en los cenáculos más altos, que el idioma de Cervantes sea reconocido universalmente es una noticia extraordinaria.
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